El escenario económico argentino siempre está lleno de desafíos, y cuando se trata de la posibilidad de regularizar fondos, las preguntas abundan: ¿Vale la pena blanquear? ¿Es esta una oportunidad real o simplemente una estrategia recaudatoria del gobierno?
Los inversores se preguntan: ¿vale la pena blanquear?
El blanqueo de capitales asoma como una oportunidad para reactivar la economía y proteger el valor de los ahorros. ¿Es así?
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La clave está en el Sistema CERA, un mecanismo que, a diferencia de blanqueos anteriores, no se presenta como una medida recaudatoria, sino como una herramienta productiva. La posibilidad de regularizar fondos sin costo -salvo un 5% en caso de querer salir del sistema- es una invitación a salir de la inercia y poner a trabajar esos dólares que hasta ahora solo generaban pérdidas. Y es que, aunque muchas veces no lo percibamos de manera inmediata, tener dólares "guardados" es una estrategia perdedora en el contexto actual.
En los últimos cuatro años, la inflación en Estados Unidos alcanzó el 20%, lo que implica que el poder adquisitivo de esos ahorros en dólares ha caído. Lo que antes costaba u$s100.000, ahora requiere u$s120.000. ¿Qué sentido tiene entonces seguir acumulando dólares que pierden valor año tras año? Mantener los ahorros inmovilizados, ya sea en una caja de seguridad o debajo del colchón, no solo implica una pérdida real debido a la inflación, sino también un costo financiero directo.
Dentro del Sistema CERA, los ahorros pueden ser invertidos en una amplia gama de instrumentos financieros, desde renta fija en dólares hasta activos de primera línea, con rendimientos anuales del 8% o más. Esto no solo neutraliza el impacto inflacionario en los Estados Unidos, sino que además genera ganancias reales. Mientras tanto, aquellos que prefieren mantener los dólares fuera del sistema ven cómo sus ahorros se erosionan sin oportunidad de revalorización.
¿Qué sucede si necesito usar esos fondos antes del 31 de diciembre de 2025, cuando el plazo del sistema CERA finaliza?
La respuesta es simple: siempre hay alternativas. Ya sea a través de la compra documentada de un bien -como un auto en una concesionaria con cuenta CERA- o buscando otras opciones dentro del mercado formal, es posible utilizar esos fondos sin incurrir en el costo del 5% por salir del sistema. En todo caso, incluso si ese costo debe ser asumido, los rendimientos generados dentro del sistema CERA pueden compensarlo con creces.
A diferencia de blanqueos anteriores, esta regularización no debe ser vista como una estrategia recaudatoria. No está diseñada para que el Estado se apropie de una parte significativa de los fondos regularizados, sino para incentivar la productividad. Los dólares inmovilizados no solo representan una pérdida para quien los guarda, sino también una oportunidad perdida para la economía argentina. Reactivar esos fondos es una necesidad en un contexto de alta inflación y falta de inversiones.
Al fin y al cabo, todo lo que valoramos en la Argentina -casas, autos, proyectos- lo hacemos en dólares. Entonces, ¿por qué no usar esos dólares de manera productiva? Dejarlos quietos es simplemente dejar que pierdan valor. Incorporarlos al sistema y hacerlos rendir es una estrategia mucho más inteligente.
Director en MM Investments.
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