Como si hubiésemos regresado a los '70, los convenios colectivos que se están elaborando desde los gremios contienen reivindicaciones para los trabajadores de todo tipo y naturaleza y obviamente aumentos salariales. Nada escapa a este marco y todas las propuestas implican incrementos de costos. Los ejemplos que se visualizan en algunos acuerdos donde se comienza el proceso con una nueva negociación salarial hace suponer a muchos que éste será el único tema de la negociación colectiva este año y el próximo por lo menos, y que el contenido de los convenios colectivos será una larga, penosa y feroz negociación de mediano y largo plazo. Sólo se piensa, en algunos casos, en intercalar -junto a eventuales acuerdos sobre aumentos- alguna cláusula que permita avanzar sobre temas urgentes.
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Es el caso de empresas exportadoras que requieran un sistema de trabajo especial para cumplir con sus nuevos y futuros compromisos, o un régimen de jornada que permita cubrir necesidades especiales de la actividad o de la naturaleza de los trabajos que se realizan. Estas iniciativas son positivas porque avanzan sobre los convenios del futuro y descongelan los viejos textos, muchos de los cuales no sufren cambios desde 1975, y se han convertido virtualmente en piezas arqueológicas.
Desde el sector empresariose preparan borradores con propuestas que se relacionan con las nuevas tecnologías, las nuevas formas de organización y, sobre todo, en base a que las mejoras deben estar bajo «el paraguas» de los avances y mejoras que se experimenten en la productividad, preservando rentabilidad y competitividad dentro del mercado local e internacional. Entre los temas planteados figuran por ejemplo: a) que se vuelvan a establecer pautas de retribución variable relacionadas con la producción, los resultados y la productividad; b) que los horarios y los descansos se adecuen a las exigencias del mercado, la modalidad de la actividad, y los requerimientos de los clientes; c) que se simplifiquen los adicionales, y que los mismos estén relacionados con los resultados; d) que se reemplacen componentes tales como la antigüedad por otros más modernos que dinamicen la producción; e) que se articulen los sistemas de trabajo con los nuevos esquemas operativos, como con el trabajo virtual, el teletrabajo y los sistemas de trabajo a distancia.
En los proyectos de los sindicatos se destacan entre otras propuestas: 1) recomposición de las grillas convencionales, en donde no sólo cambian las categorías, sino que además se modifica la estructura de la remuneración, tanto en lo que hace a los valores fijos como en lo relativo a los adicionales; 2) actualización de adicionales de suma fija como variable; 3) recomposición de la estructura sindical interna de la empresa, sus funciones y atribuciones, los créditos en horas y, en su caso, los mecanismos de interferencia en diversos temas como higiene y seguridad, vacantes, categorías, etc.; 4) replanteo de los sistemas de autocomposición y revisión de los límites que imponen los convenios en materia de movilidad, licencias gremiales y actividades sindicales en general; 5) revisión de las cláusulas obligacionales que establecen deberes entre los signatarios del convenio, tanto funcionales como económicas.
• Efectos
En síntesis, si la negociación colectiva avanza, no existen dudas de que los costos aumentarían tanto en forma directa como indirecta, lo que impone un nuevo llamado a la racionalidad para que los mismos sean absorbibles por la mejora de la productividad y no generen efectos inflacionarios. Si dicha racionalidad se impone, los nuevos convenios colectivos de trabajo serán un vehículo para el crecimiento, con incentivos para los trabajadores y un instrumento que modernice el modelo de relaciones laborales para los empleadores.
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