La ciencia demostró que la nutrición puede impactar en la formación de cataratas y en la degeneración macular relacionada con la edad, también conocida como maculopatía senil, dos causas frecuentes de pérdida de visión. La dieta cumple un rol importante debido a que, una vez diagnosticadas, el tratamiento puede ser limitado.
Salud ocular: ¿qué alimentos ayudan a mejorar la visión?
Las cataratas y la maculopatía senil son causas frecuentes de la pérdida de visión. Frente a este panorama, varios nutrientes toman protagonismo entre las recomendaciones de los oftalmólogos. ¿Cuáles son?
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Las cataratas se desarrollan cuando las proteínas de la lente natural, conocida como cristalino, se dañan y producen su opacidad. En gran parte, el deterioro se da por la radiación ultravioleta. La vitamina E -y también la C, según ciertos estudios- es un posible protector en la reacción química que altera el contenido natural del cristalino, ayudando a prevenir el desarrollo de cataratas.
La mácula contiene una alta cantidad de células encargadas de generar una imagen de color nítida. Cuando hay una pérdida celular, éstas no pueden regenerarse y la visión afectada ya no se recupera. Concentraciones de vitamina E han demostrado ser protectoras contra la maculopatía. Algunos investigadores también encontraron beneficios en aumentar los niveles en sangre de dos pigmentos provenientes de plantas llamados luteína y zeaxantina.
Por ello, se recomienda ingerir cinco porciones de fruta y vegetales diarios, porque proveen más de 100 mg de vitamina C, mientras que dos porciones de nueces y semillas aportan entre 8 y 14 mg de vitamina E. Algunos estudios sugieren consumir 6 mg diarios o más de carotenos para disminuir el riesgo de maculopatía senil.
Nutrientes que ayudan a mantener una visión saludable
- Ácidos grasos esenciales: los ácidos grasos Omega-3 poliinsaturados, de cadena larga como el ácido docosahexaenoico (ADH), son esenciales para el desarrollo del cerebro y del ojo. Los ácidos grasos Omega-3 están presentes en pescados como caballa, atún, salmón y pescado blanco. Un gen involucrado en el desarrollo de maculopatía se encarga de procesar el ADH. Aunque sea precoz asegurar que el consumo de este ácido graso puede beneficiar en algunos casos de maculopatía senil, parece lógico incrementar su ingesta. Como parte de los beneficios extraoculares, el Omega-3 ha demostrado un efecto protector contra la enfermedad coronaria y positivo en la salud en general. Por otro lado, estos ácidos promueven una mejor calidad de la lágrima y son de gran utilidad en los pacientes con ojo seco.
- Vitaminas A, C, y E: poseen propiedades antioxidantes, han sido asociadas con múltiples condiciones oculares en diversas investigaciones. Ayudan a mantener saludables muchas de las células y tejidos del ojo. Se encuentran en frutas y vegetales como naranjas, kiwis, damascos secos, vegetales de hoja verde, tomates, morrones, zanahorias y espinacas. También, en nueces, semillas, productos lácteos y huevos.
- Zinc: tiene un rol importante en el funcionamiento normal de una proteína que utilizan las células de la retina encargadas de codificar la imagen. Está presente en alimentos con alto contenido proteico como carne, cerdo y cereales integrales.
- Antioxidantes: se ha sugerido que dos de ellos -luteína y zeaxantina- pueden contribuir a la salud ocular. Se trata de carotenos que solo se localizan en el ojo. Se encuentran en productos vegetales y en las frutas. Un estudio muy relevante encontró un riesgo significativamente menor en desarrollar maculopatía senil en personas con alto contenido sistémico de ambos en sangre. La luteína está presente en pimientos amarillos, mango, arándanos y productos de hoja verde como el kale, espinaca, brócoli y acelga, mientras que la zeaxantina se encuentra en pimientos dulces, naranjas, brócoli, choclo, lechuga, espinaca, mandarinas, naranjas y huevos.
- Suplementos: múltiples complementos vitamínicos están disponibles en el mercado con el objeto de incorporar los elementos previamente mencionados. Es importante concientizar en que una dieta sana variada que incluya pescado, vegetales y frutas puede ser suficiente sin la necesidad de agregar suplementos. Además, los suplementos no reemplazan a una dieta saludable. Antes de comenzar con cualquiera de ellos es necesario consultar con un médico oftalmólogo.
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