Afuera del hotel InterContinental -búnker kirchnerista-, y sin acceso a las pulseras de colores que daban derecho a ingresar a diversos sectores del hotel (las amarillas eran las «comunes»; las blancas, las más codiciadas, permitían llegar al piso 18°, donde estaba el matrimonio Kirchner), un grupo de bombistas infló dos grandes pingüinos más otros cinco de menor tamaño. Fue en la esquina de Moreno y Tacuarí. Sus consignas eran más simples y peronistas que las que entonaban conmilitones dentro del hotel, en las pausas que les dejaba la ingesta de alimentos y bebidas. La marcha «Los muchachos peronistas», sin embargo, estuvo ausente en ambos foros.
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La larga espera sin demasiado que hacer (no había a quién entrevistar) para periodistas gráficos y movileros en el InterContinental fue llenada literalmente con comida e infusiones. Se llegó al absurdo de que muchos cronistas de TV hacían reportajes a colegas extranjeros, preguntándoles qué les parecía lo que estaban viendo.
La sala de prensa del hotel era una Babel de idiomas: desde el habitual inglés hasta el coreano, pasando por el flamante árabe del canal Al Jazeera. Era inevitable preguntarse cuántas razones habrán puesto sobre la mesa los jeques árabes dueños de la señal para convencer a la argentina Lucía Newman de que abandonara su larga carrera en CNN y se pasara con armas y bagajes a su canal.
Si para los vecinos del barrio de Montserrat, la elección del InterContinental como búnker kirchnerista fue una complicación, para los turistas alojados fue también una curiosidad. «El hotel está a 90% de su capacidad», dijo su directora de Relaciones Públicas, Verónica Martella. La ejecutiva explicó que les enviaron una carta a cada uno de ellos explicándoles qué iba a pasar el domingo, cuáles eran las áreas que podían usar, por dónde debían entrar y salir, etc. «Alguna atención extra con ellos vamos a tener...», prometió.
Felisa Miceli intentó entrar al hotel por la entrada vip de Moreno y Piedras. Un guardia de seguridad le preguntó adónde iba, y ella dijo: «Adentro...» El «culata» se negó a dejarla entrar: «Usted no tiene credencial; no puede entrar». Desplazada del Olimpo, la ex ministra entendió que a veces también sirven las relaciones: su marido, el «Pacha» Velazco, la hizo ingresar casi de prepo. De todos modos, no llegó tan lejos como en otros tiempos: nunca logró la preciada cinta blanca... «El que gana gobierna y el que pierde denuncia fraude», sentenció ayer el ministro de Justicia, Jorge Iribarne, saliendo al cruce de las críticas de la oposición. El funcionario, no obstante, reconoció ciertos inconvenientes durante los comicios, pero, a su juicio, no llegan a empañar esta jornada. Iribarne defendió la forma « correcta» en que se vienen realizando las elecciones desde 1983 y reconoció que deben revisarse algunos sistemas para evitar la reiteración de demoras en los lugares de votación.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, fue una de las primeras en comunicarse con Cristina para desearle «merde». La fórmula utilizada por políticos y artistas también fue aplicada por el cantante Alejandro Montaner, amigo de la presidenta electa, el mismo que tuvo que soportar algún abucheo en un recital en Córdoba por mencionar a la candidata (en la provincia mediterránea, el kirchnerismo hizo una mala elección, a diferencia de Roberto Lavagna). Precisamente, no fueron pocos los artistas que se dieron cita en el cuartel de Cristina en el hotel InterContinental, y Juan Leyrado estuvo entre los que más se destacaron. Entre los políticos ilustres se encontró a la derrotada candidata en las últimas elecciones de Francia, Ségolène Royal.
El voto de Elisa Carrió en el barrio de Recoleta se realizó entre un tumulto de cámaras, flashes y micrófonos, que terminó con el desmayo de un efectivo policial en plena calle en medio de empujones y gritos. La candidata tuvo que llegar hasta la camioneta que la iba a trasladar hacia un bar cercano rodeada de por lo menos tres policías y cinco efectivos de la Prefectura, que armaron un cordón para permitir el paso de Carrió y sus dos hijos. Carrió estaba empadronada como docente y con su domicilio actual de la avenida Santa Fe y cuando llegó a la sede de la Universidad del Salvador fue recibida por un grupo de simpatizantes que la alentaron y le gritaron: «Vamos Lilita, terminá con la corrupción».
En Córdoba, un joven fue detenido por efectivos policiales luego de negarse a asumir como presidente de mesa, designado por la falta de autoridades que se registró ayer en todo el país. Enfundado en una camiseta del Flamengo, argumentó «motivos personales» y prefirió salir de la escuela acompañado por la Policía, que lo trasladó hasta la seccional más cercana.
El candidato a gobernador bonaerense por el Frente Vamos, Juan Carlos Blumberg figuró en el padrón electoral como ingeniero, pese al reconocimiento público que hizo de que su título no tiene validez en el territorio argentino.
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