El sindicato de Camioneros, que encabeza Hugo Moyano, notificó a las cámaras empresarias del transporte de cargas su intención de iniciar negociaciones para la definición de un bono de fin de año estimado en $ 240 mil y la renovación de un aporte extraordinario a favor de la obra social que gestiona su esposa, Liliana Zulet, eje de las preocupaciones del dirigente y de la disputa que mantiene con su hijo mayor y adjunto, Pablo. Lo hizo mediante una carta dirigida a las patronales Fadeeac, Faetyl y Catac ante el inminente vencimiento del auxilio financiero a la prestadora de salud.
Camioneros busca apurar bono de $240 mil y auxilio para su obra social
El gremio de Moyano envió una nota a las cámaras de transporte para renegociar el pago de fin de año y renovar un salvavidas financiero para la prestadora de salud.
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Camioneros Hugo y Pablo Moyano.
El contenido de la nota, a la que tuvo acceso Ámbito, hace eje en la inquietud del sindicato por la inestabilidad del escenario económico y destaca que si bien el último acuerdo alcanzado en la paritaria de la actividad tiene vigencia hasta enero próximo, la espiral inflacionaria de los últimos meses golpeó los ingresos de bolsillo de los choferes de camiones. De ahí el planteo sobre el bono y también por la posible conversión a remunerativo del monto que los empleadores pagan a sus trabajadores en concepto de viático para alimento.
Lo más novedoso de la nota, sin embargo, es la eventual renovación del aporte a cargo de las empresas resuelto en mayo pasado y que desde entonces fija el pago de $ 3.200 por mes por cada asalariado registrado en el convenio colectivo de trabajo 40/89. El monto, que vence este mes, favorece de manera directa a la obra social Oschoca, que en lo formal actúa bajo el paraguas de la Federación de Camioneros pero que en los hechos gestiona Zulet mediante su empresa Iarai Sociedad Anónima, adonde también figuran como directivos dos hijos de la mujer, Valeria Salerno y Juan Manuel Noriega Zulet.
El planteo no precisa números pero el historial de Camioneros indica que la negociación apuntará a por lo menos actualizar los montos en función de la inflación acumulada. En el caso del bono, los 100 mil pesos acordados en octubre del año pasado deberían trepar a cerca de $ 240 mil, admiten en las cámaras empresarias. Y el aporte extraordinario a Oschoca podría elevarse a cerca de 5 mil pesos con un incremento superior al 50% desde mayo hasta este mes.
Contrario a las declaraciones públicas de Hugo y Pablo Moyano, en los últimos años las paritarias de Camioneros exhibieron pérdidas de poder adquisitivo frente a la dinámica inflacionaria. Por caso, en los meses de vigencia del acuerdo 2022-2023 la suba pactada perdió contra el aumento de la canasta básica en ese plazo. Para compensar ese desfasaje el gremio presionó y logró adelantar dos meses la nueva paritaria, que se cerró en agosto pasado y con vigencia hasta enero próximo con 61% de ajuste. Aún así, se calcula que en el curso de los últimos doce meses el sindicato subió 140% los sueldos de los choferes contra una inflación que de mínima igualará ese valor en octubre.
La mesura en los cierres de las últimas negociaciones del sindicato -que arrancaban con pedidos muy superiores- puede explicarse en la incorporación del aporte a la obra social, un ítem que hasta ahora nunca había sido incorporado. La novedad responde a la crítica situación financiera de la prestadora, ampliamente reconocida en el sistema sanitario y evidenciada en los reclamos públicos de los afiliados por falta de prestaciones.
Dentro del sindicato explicaron que uno de los motivos de la crisis fue el acuerdo que selló Hugo Moyano con Axel Kicillof al inicio de la pandemia de coronavirus que le permitió al sindicato finalmente abrir el sanatorio Antártida, en el barrio de Caballito, para atender a pacientes bonaerenses contagiados. Pero también, incluso entre miembros de la familia Moyano, son varios los reproches por la distancia entre la precaria situación financiera de Oschoca y la aparente prosperidad de Iarai.
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