El cuarto oscuro de octubre para los porteños tendrá mayor variedad de listas de candidatos a diputados nacionales que postulantes a la presidencia, como suele ocurrir cuando los principales competidores, incluido el oficialismo, llevan la interna partidaria a la mesa de los comicios. Arriesgan, por falta de acuerdos, pelear una banca más de las 12 que se renuevan por la Capital Federal al haber concedido dos o tres listas diferentes de candidatos a la Cámara baja y llevar aliados que en general conforman sus propios bloques. Con internas partidarias en desuso, las prácticas políticas para definir quiénes integran una lista de candidatos se tornaron más ríspidas que entonces. Acotada la decisión al lápiz del jefe de ocasión, las últimas cuarenta y ocho horas anteriores al cierre de boletas, que ocurrió a primera hora de ayer, sacudieron las filas de los principales contendientes. Lo padeció Elisa Carrió, más ferozmente el kirchnerismo y el casi debutante en estas artes, Mauricio Macri. «Las internas tenían otro sabor», rememoraron viejos radicales, víctimas de la hechura de las postulaciones a diputados y senadores en la Capital Federal en la vigilia sabatina. Decían que la interna guardaba sorpresas, agitaba las voluntades en busca de votos barriales, transformaba a los caciques de zonas en choferes de lujo para transportar sufragantes. Corrían promesas y retribuciones. «Ahora es como el tango, se cuidan los zapatos andando de rodillas», graficaba un peronista ayer, con las listas ya inscriptas, haciendo referencia al «chupamedismo» que acrecientan los interesados en los días previos al armado de boletas.
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Carrió, que conoce sin duda aquellas prácticas en la UCR, debió finalmente ceder a las presiones de sus nuevos aliados del socialismo y otorgar una franquicia al PS para que lleve sus propios candidatos a diputados nacionales. No pudo convencer de las bondades de la lista única, la cual en el reparto proporcional de bancas puede asegurar una más de la esperada. En cambio la diversidad puede hacer perder un cargo y somete a los propios candidatos, en definitiva, a una interna en el cuarto oscuro nacional. Pero la ex diputada impuso su propia grilla en las boletas propias de la Coalición Cívica a pesar de la resistencia de algunos sectores para con Patricia Bullrich (encabezará Diputados) y Fernando Iglesias (el autor de «Kirchner y yo», que va segundo en la nómina de diputados). Por su parte, el ministro de Jorge Telerman, Roy Cortina, también venció y encabezará la boleta de candidatos a la Cámara baja en una franquicia del Partido Socialista.
El macrismo recién el sábado a las once de la noche logró contar con una lista a presentar. El principal problema se lo provocaba a Macri la doble candidatura de Ricardo López Murphy, como presidente y como diputado por la provincia de Buenos Aires. Llegó un punto en que se analizó la posibilidad de no tener candidato, que terminara López Murphy sin postularse, o que lo hiciera sólo a senador. El otro tema fue el reclamo de lugares que Recrear hizo hasta último momento. Primero cerraron la lista el viernes, pero debieron acallar las quejas antes de presentarla el sábado. Recrear logró cambiar a la diputada nacional Paula Bertol, del Partido Federal, por su legisladora porteña Marta Varela (vinculada a un grupo papelero), quien secunda a Carlos Melconian en la lista de senadores.
También hubo para los peronistas que habían quedado relegados del reparto y se anotó a la hija de la legisladora Silvia Majdalani en quinto renglón, Agustina Olivero Majdalani. El viernes, en principio, Federico Pinedo era el candidato a senador y Melconian a diputado, pero valieron los argumentos de su papel en la Cámara de Diputados para terminar haciendo el enroque. Sólo aquieta la pelea entre macristas y los aliados de López Murphy la expectativa por el gobierno porteño de Macri, donde en Recrear esperan tener algún tipo de participación en la gestión porteña.
Los kirchneristas se levantaron ayer a la mañana con la noticia de una tercera lista, la de la Democracia Cristiana, que sostiene que se «colgará» de la candidatura de Cristina Kirchner, algo que se ocuparon de desmentir los ingenieros de las boletas electorales del oficialismo. La pelea más ácida en los campamentos que sostendrán la candidatura de Daniel Filmus a senador porteño la protagonizóVilma Ibarra. La senadora se mostró resistente a postularse nuevamente a un cargo legislativo, cedió sin demasiadas presiones pero impuso lo suyo. Secundará a Filmus la diputada nacional Mercedes Marcó del Pont, una extrapartidaria que fue auspiciada por el grupo que pilotea la hermana de Aníbal Ibarra dentro del Frente para la Victoria. No sólo eso. Vilma vetó que integrara la lista el legislador porteño Fernando Melillo, ex titular del ARI Capital, borocotizado una vez que alentó la destitución de Ibarra (Aníbal). «No voy a discutir Cromañón durante la campaña», se plantó Ibarra (Vilma) y mortificó al sindicato de porteros (SUTERH), que lidera Víctor Santa María, anfitrión de la tertulia que tuvo lugar el sábado por la noche para terminar de armar las boletas. El gremialista resistía que Ibarra se incluyera en la lista, conociendo que el hermano de la senadora anima la franquicia Diálogo por Buenos Aires y aduciendo que en ese caso portara el ex jefe a su familiar. Pero, en realidad, la lista ya estaba hecha de la mano de Alberto Fernández desde días atrás. El ministro Carlos Tomada la encabezaba, casi como un pedido de Néstor Kirchner que aplaudía también el SUTERH. Vilma, segunda, con la bendición del «tío» Alberto, y tercero Dante Gullo, sponsoreado por Carlos Kunkel. El nombre de Melillo apenas duró unas horas, en la discusión que se extendió por días. En todo caso se le valoraba el reciente pase de legisladores del ex ARI al bloque porteño que conduce Diego Kravetz.
Otro que esperó en vano fue el titular de Cascos Blancos, Gabriel Fuks, quien recibió simbólicamente el octavo puesto para Humberto Tumini, de su tropa alistada en el reclamo de viviendas. Es que Filmus forzó la presencia, en el quinto, puesto de Mara Brauer, una colaboradora del ministro en el área educativa desde que fuera secretario de Ibarra. Impulsado a ser el futuro dirigente de las tropas oficialistas en el distrito, Filmus no tuvo un buen debut como componedor: en las últimas cuarenta y ocho horas previas al cierre ya pocos le atendían el teléfono y hoy le reprochan «no tener generosidad». El cuarto lugar lo ganó Héctor Capaccioli para el joven K Nicolás Trotta, ya varias veces raleado en otras boletas. Finalmente el sexto puesto lo ganó también Santa María, para María «Pimpi» Colombo, ex integrante del partido vecinal de Gustavo Béliz, como Trotta.
La boleta se terminó de firmar en la sede del sindicato de porteros de la calle Sarmiento del centro porteño, en el despacho de Santa María, quien se postula como senador suplente por la Capital Federal. Allí debió llegar Vilma Ibarra a firmar la conformidad de la candidatura. La senadora ingresó acompañada y se encontró con un retrato de Juan Domingo Perón, puesto adrede cerca de las papeletas.
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