14 de noviembre 2007 - 00:00

Tarde, trata Kirchner de mejorar relación ante enviado del Vaticano

En la previa al encuentro que mantendrá hoy con el Presidente y su esposa, Cristina deKirchner, Bertone fue recibido en Río Gallegos por el gobernador Daniel Peralta, quienobsequió un escudo hecho en telar. El representante del Vaticano llegó acompañado porel nuncio apostólico Bernardini.
En la previa al encuentro que mantendrá hoy con el Presidente y su esposa, Cristina de Kirchner, Bertone fue recibido en Río Gallegos por el gobernador Daniel Peralta, quien obsequió un escudo hecho en telar. El representante del Vaticano llegó acompañado por el nuncio apostólico Bernardini.
En medio del silencioso juego de escondidas que mantienen el gobierno y el cardenal Jorge Bergoglio, el presidente Néstor Kirchner y su esposa, Cristina de Kirchner, recibirán hoy en la Casa de Gobierno al secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, quien finaliza su visita a la Argentina, adonde llegó como enviado papal para presidir la beatificación de Ceferino Namuncurá.

Edificada sobre un cúmulo de especulaciones, la visita del religioso no tendrá el respaldo de ningún representante del Episcopado argentino. Sí lo hará el nuncio apostólico Adriano Bernardini, embajador de la Santa Sede en el país.

«Es un encuentro privado», recalcan desde el entorno de Bergoglio, intentando alejar cualquier presunción respecto del carácter institucional de la reunión, que tendrá lugar a media mañana en el despacho presidencial.

Es decir que, al menos en este caso, la Iglesia de Roma pergeñó por fuera de la Conferencia Episcopal argentina un contacto que en términos locales resulta utópico.

En cambio, ajeno al plano político, el jefe de la Iglesia argentina reservó para su superior romano el tono eclesial de la bienvenida poniendo en sus manos el simbólico tedeum de la Asamblea Plenaria del Episcopado, que sesionó la semana pasada en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera, de Pilar.

  • Simbolismo

    La audiencia entre Kirchner y Bertone tiene, por sobre todo, un fuerte valor simbólico. Más allá del saludo y las frases protocolares, no habrá definiciones concretas respecto de temas clave como pueden ser, por ejemplo, el destino del Vicariato Castrense.

    Esa jurisdicción religiosa permanece sin titular a la espera de que el Vaticano designe al sucesor del obispo emérito castrense Antonio Baseotto , a quien se le quitó el rangode subsecretario y el sueldoen febrero de 2005, tras una carta que le envió al ministro de Salud, Ginés González García, en la que criticaba su postura a favor de despenalizar el aborto. Aquel choque marcó el inicio de la críptica relación entre el gobierno y la Iglesia.

    Algunos operadores más optimistas creen, en cambio, que el tema Baseotto no estará ausente en la charla y que, incluso, el Presidente y el cardenal podrían acordar el nombre para sucederlo en base a una terna que ya existe.

  • Adelanto

    Como un anticipo del encuentro, Bertone ya fue recibido el sábado por el vicepresidente Daniel Scioli, en el Senado, quien a su vez encabezó la delegación oficial que concurrió a Chimpay para la beatificación de Ceferino.

    La cita con Scioli también hirió la susceptibilidad del jefe de la Iglesia argentina, quien viene reclamando sin éxito una audiencia con el vicepresidente.

    A la inversa, también el Presidente tuvo esta vez que esperar que el enviado del Vaticano habilitara el encuentro de hoy, una respuesta que demoró casi tres meses.

    Tanta cordialidad con Bertone anima, entonces, alguna presunción del temor que el gobierno tiene sobre Bergoglio, a quien parece imaginar casi como una amenaza de cisma.

    Lo cierto es que el cardenal jesuita observó todos estos días, como una estampida, la parafernalia oficial puesta al servicio del secretario de Estado vaticano, a quien hasta le ofrecieron una flota de aviones para moverse por el país. Finalmente, el religioso optó por aceptar la movilidad aérea de los empresarios Eduardo Eurnekian (lo trajo desde Roma) y Alejandro Roemmers, que le facilitó un helicóptero. Una gentileza que el prelado agradeció personalmente el viernes en una cena en la casa del propio Eurnekian de la que participaron lo más granado del empresariado argentino y varios obispos, pero de la que no fue parte Bergoglio.

    En tanto, entre el lunes y ayer, Bertone recorrió las comunidades salesianas de Río Gallegos y Calafate, en Santa Cruz, y de Río Grande, en Tierra del Fuego. Y hasta se animó a conocer la zona de El Calafate y el Glaciar Perito Moreno.

    El lunes por la noche el enviado del papa Benedicto XVI se reunió con el obispo de Río Gallegos, Juan Carlos Romanín, con quien dialogó sobre «las distancias de la diócesis, el territorio y la necesidad de tener muchos más sacerdotes», según contó el propio cardenal. Antes, había sido recibido por el gobernador santacruceño Daniel Peralta y el intendente de Río Gallegos, Héctor Roquel, quienes le obsequiaron un escudo de la provincia confeccionado en un telar y dos álbumes de fotos de Santa Cruz.
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