La zona de Los Cardales, entre Campana y Exaltación de la Cruz, se consolidó como uno de los polos de mayor expansión del mercado inmobiliario suburbano. Allí funcionan más de 30 proyectos en marcha que marcan una tendencia: familias e inversores buscan espacios amplios, seguridad y precios más competitivos que en otras localidades del norte.
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Mercado inmobiliario: qué parte de zona norte es un imán y no deja de captar nuevos barrios privados
El área está a más de 60 kilómetros de CABA y suma proyectos que ofrecen lotes desde u$s25.000, impulsados por demanda sostenida.
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Vista aérea de La Codorniz, uno de los barrios que son parte de la expansión de esta zona del norte del Gran Buenos Aires que intengra el mercado inmobiliario suburbano
El movimiento se aceleró tras la pandemia, con la combinación de teletrabajo, demanda de verde y la posibilidad de acceder a superficies mayores por valores más bajos que en áreas consolidadas. La conectividad con la Panamericana (ruta nacional 9) y la Autovía 6 potenció la llegada de nuevos desarrollos a esta área del Gran Buenos Aires norte, mientras que la financiación en pesos abrió el juego a compradores de clase media.
Una oferta que se diversifica
Los proyectos de la zona no compiten solo por ubicación. Cada uno busca diferenciarse con propuestas que apuntan a la vida en comunidad y a servicios autosuficientes. En Ayres Desarrollos, por ejemplo, se ofrecen lotes de entre 2.600 y 3.900 m2 que van de u$s90.000 a u$s200.000, con club house, caballerizas y forestación original preservada. “Siempre la propuesta de Ayres es armar un concepto distinto en cada proyecto. Apostamos por la campiña y por la vuelta a una vida con lujo natural”, explicó Javier Brea, gerente comercial de la compañía.
Desde Sygsa destacan que el éxito ya no se mide solo por cercanía a la Ciudad. “El comprador busca proyectos que lo inviten a quedarse la mayor parte del tiempo. Cuanto más autosuficiente sea el barrio, mayor será su capacidad de sostener valor en el largo plazo”, señaló Uriel Broitman, gerente comercial. En su portafolio figuran desarrollos con lotes de 1.500 m2 desde u$s25.000 y emprendimientos premium desde u$s35.000, con planes de financiación de hasta 48 cuotas en pesos.
Precios y demanda en ascenso
La demanda encuentra opciones variadas. Según el relevamiento de inmobiliarias locales, los lotes de preventa parten desde u$s25.000 y pueden escalar a u$s70.000 o más en versiones premium. Las casas usadas, en tanto, se ubican entre u$s120.000 y u$s240.000, con preferencia por propiedades de tres o cuatro dormitorios, pileta y seguridad.
Adrián Daniel Sánchez, de Adrián Sánchez Propiedades, sostuvo que la clave está en la relación precio-espacio: “Hoy es posible acceder a terrenos de 800 o 1.200 m2 a un costo mucho más bajo que en otras áreas, lo que atrae a quienes buscan más superficie por menos dinero”. El perfil predominante son familias que buscan vivienda permanente, aunque también hay compradores de fin de semana e inversores que apuntan a reventa o alquiler temporario.
Para Jorge Santa María, de Inmuebles Santa María , el crecimiento se explica por el desborde natural de polos más consolidados y por la búsqueda de un estilo de vida más tranquilo. “Después de la pandemia se consolidaron más de 15 desarrollos nuevos. La gente busca verde y seguridad, con valores de lotes estándar entre u$s25.000 y u$s40.000, y premium que pueden superar los u$s180.000”, apuntó.
En el mercado de casas, Santa María destacó que todavía existen oportunidades por debajo del costo de reposición. “Hay unidades medianas entre u$s120.000 y u$s260.000 y premium que superan los u$s600.000. Detallló: Las más buscadas rondan los u$s280.000 a u$s300.000, con pileta, quincho y servicios completos”.
La percepción de la distancia
La ubicación geográfica también forma parte de la discusión. Para algunos desarrolladores, Los Cardales sigue pareciendo lejos de la Ciudad. Sin embargo, esa percepción no coincide con la realidad. Rolando Cafferatta, socio de Cadema Bienes Raíces, remarcó que “son apenas 12 kilómetros más que el punto comercial más importante de Pilar, y esa diferencia nos da una ventaja: no formamos parte del Gran Buenos Aires inmediato, lo que asegura un entorno más natural y menos densidad”.
Cadema organiza cada año, en abril, el Salón Inmobiliario Corredor Norte (SINOR) para visibilizar este potencial y desmitificar la idea de lejanía. Allí se destaca el peso de la infraestructura en salud, educación y esparcimiento como elementos claves para atraer más familias y, a la par, más inversores. Según Cafferatta, los lotes promedian u$s40.000 para superficies de 1.000 m2, aunque los valores crecen en proyectos con servicios más completos.
A mano de rutas conectoras
Además del factor precio, Santa María resaltó que el crecimiento se vincula al desborde de otras zonas consolidadas y a la búsqueda de una vida más tranquila. Indicó que el mercado combina perfiles diversos: desde matrimonios mayores que buscan retiro hasta jóvenes profesionales que aprovechan el teletrabajo para instalarse de manera permanente.
En esa misma línea, Sánchez remarcó que la instalación de parques industriales cercanos impulsó la llegada de familias que alternan home office con traslados frecuentes a CABA, lo que refuerza la demanda de viviendas con buena conectividad y servicios educativos en la zona.
Cafferatta, por su parte, destacó que es una zona con potencial, y su foco es el triángulo delimitado por la Panamericana, la Autovía 6 y la ruta provincial 4. Según explicó: "Lo importante es brindar sevicios y atraer inversores que los diversifiquen. Es clave poner en valor la disponibilidad de servicios de salud, educación y esparcimiento que hoy atraen a nuevos residentes y quienes confían en la zona de Los Cardales".
Un nuevo mapa residencial
El avance de esta zona se apoya en factores comunes: accesibilidad en mejora, precios competitivos y una oferta de proyectos con identidad propia. La demanda es diversa, desde parejas jóvenes hasta matrimonios mayores que buscan retiro, pasando por familias relocalizadas e inversores.
La expansión también responde a un cambio cultural: la vivienda permanente gana terreno sobre la segunda residencia, aunque todavía persiste un segmento de compradores que busca escapadas de fin de semana. El atractivo se completa con propuestas de sustentabilidad, huertas comunitarias, amenities modernos y una creciente vida de comunidad.
“Estos proyectos son buscados por familias que quieren calidad de vida y naturaleza en una buena ubicación. Son barrios que generan comunidad”, concluyó Brea.
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