5 de octubre 2022 - 00:03

Winograd: “El foco no es un gerente sino un padre”

El cineasta estrena este mes su producción sobre el responsable de una campaña publicitaria sobre el Mundial 2018 que pudo llevarlo a la ruina.

El gerente. Ariel Winograd y Leonardo Sbaraglia ruedan el primer film nacional donde interviene Paramount+.

El gerente. Ariel Winograd y Leonardo Sbaraglia ruedan el primer film nacional donde interviene Paramount+.

“Más que la historia de un gerente, esta es la historia de un padre y un hijo”, dice el director Ariel Winograd sobre su última película, “El gerente”, la primera argentina producida por Paramount Plus, a estrenarse el 20 de octubre. Una vez más, el cineasta demuestra que no puede escaparle a ese tema, abordado desde múltiples ángulos en films suyos anteriores como “Hoy se arregla el mundo”, “Mamá se fue de viaje” o “Sin hijos”, entre otras.

“El gerente” está protagonizada por Leo Sbaraglia, Carla Peterson, Luis Luque, Cecilia Dopazo y Mónica Raiola, entre otros; el guión de Patricio Vega se centra en la campaña publicitaria que Noblex realizó en el Mundial 2018 de fútbol, apostando a que si la Argentina no clasificaba, la empresa devolvía el dinero a quienes hubieran comprado televisores para ver los partidos. El Seleccionado argentino perdía posiciones en las Eliminatorias para el Mundial de Rusia y parecía difícil que lograra la clasificación. Ante esa campaña kamikaze, las redes sociales estallaron con memes y sátiras contra el gerente de Noblex. Finalmente, la Argentina clasificó y toda la gran carga de angustia se transformó en un excelente negocio. Dialogamos con Winograd.

Periodista: ¿Qué cosas aparecen en el guión que hubo que inventar para darle vuelo cinematográfico a una historia ya de por sí insólita?

Ariel Winograd: Partimos de lo que sucedió en la vida real, de por sí algo muy cinematográfico porque es la historia de un perdedor, de segundas oportunidades, sobre el estancamiento, sobre estar en una corporación que a veces no te deja volar. La mayor diferencia con la realidad radica en que había una agencia de publicidad que inventó la campaña, y al gerente de Noblex aquí lo transformamos en una empresa más familiar con un equipo de marketing. También se inventó esa relación padre e hijo y la esposa del gerente porque la película también habla sobre qué hace este padre para que su hijo pueda conectar con él. Esta fue la primera campaña viral en Twitter en la que la compañía le hablaba a los usuarios poniéndose en el mismo lugar.

P.: ¿Por qué cree que a Paramount se interesó en esta historia?

A.W.: Le gustó la idea y que hubiera una película que atravesara el tema del Mundial justamente en época de Mundial. Y nuestro desafío radicó no sólo en hacer una buena película y entregarla sino hacerlo a tiempo, ese era el chiste. Nos ofrecieron un film sobre el caso del gerente de Noblex, pero a partir de ahí pasamos por todo para construir aquello que queríamos contar. Fue un trabajo conjunto con guión y producción.

P.: ¿Y qué querían contar?

A.W.: Para nosotros es la historia sobre un padre y un hijo. Claro que está la trama pero el peso del arco emocional que tienen ellos dos además está coronado con uno de los finales más bellos que filmé en mi vida. Más allá de que Leo está en un momento demencial de actuación.

P.: No puede dejar de abordar ese vínculo padre hijo...

A.W.: Mientras la filmaba sentía que era una carta de amor a mi papá y a Leo le pasaba lo mismo con su abuelo. Y no porque mi viejo fuera alguien gris, él es obstetra y es feliz con su trabajo, pero había algo. Quizá por lo del tiempo, pero yo no puedo decir mucho porque siempre estoy en rodaje. Y a diferencia de otras películas que hice sobre la paternidad, en las que siempre me identificaba con el padre, aquí muchas veces me identifiqué con el hijo. De hecho el personaje del hijo usa ropa mía de hace veinte años y hay un lindo momento en que el padre le enseña a manejar al hijo y sólo así logran compartir un momento.

P.: Dice que Sbaraglia está en un momento “demencial” de actuación. ¿Cómo trabajó con los actores?

A.W.: La referencia mayor es el guionista Adam McKay en cuanto a la búsqueda de la verdad más verdadera dentro de la actuación. Su última película es “No miren para arriba”. Hay muchas escenas que trabajamos con estilo casi documental, eso implicaba que las escenas las filmáramos tres veces sin cortar la cámara desde que empezábamos hasta que terminábamos, en planos abiertos y cerrados. Se respiraba búsqueda de verdad en el tono. Lo más importante era encontrar qué lo motivaba a él en su pasado y qué lo adormeció y lo hizo separarse de su mujer, no enganchar con su hijo y transformarse en una persona que pasa el tiempo en su oficina para irse y hacer la plancha.

P.: ¿Hay inspiración en otras películas?

A.W.: Pienso en films como Jerry Maguirre, King Richard, Moneyball, historias en las que hay un personaje que necesita tener esta segunda oportunidad en la vida.

P.: ¿Cómo es el trabajo para las plataformas, que se multiplicaron pospandemia?

A.W.: Las plataformas hoy son los estudios. Lo que cambió es que ya no hay productores inversores sino que la película se engancha completamente con las plataformas , que bancan todo. Pero el trabajo es en conjunto y se trabaja igual, no hay distinción de trabajo sí de financiación. Hay explosión de contenidos y eso da mucho trabajo, hay que evaluar en qué proyecto poner la vida porque hay muchas oportunidades de generar contenidos.

P.: ¿Por qué el cine no despega como el teatro y la música?

A.W.: Lo que pasó con “30 noches con mi ex” o “Argentina, 1985” es una buena señal de que de a poco se irá recuperando el cine. Mientras haya películas que generen interés real en el público, la gente volverá. Cuando estrenamos “Hoy se arregla el mundo” en verano estábamos en el pico del covid con 140 mil casos por día, eso por suerte pasó, como el momento en que existían protocolos para entrar al cine con barbijo y carnet de vacunas. Fue un momento de extrañamiento.

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