4 de junio 2007 - 00:00

"Hay muchos infiltrados en los conflictos universitarios"

Periodista: ¿Cuál es el criterio que se impuso en su elección, teniendo en cuenta su condición de mujer?
Carolina Scotto: Terminé siendo propuesta mediante un mecanismo de consulta amplio, con activa participación en la vida política. En la elección no hubo ningún rasgo vinculado con mi condición de mujer. Fui elegida porque podía llevar adelante banderas que proclamamos desde siempre y que tienen que ver con la democratización, y la calidad institucional.

P.: Hay muchos conflictos últimamente en la elección de los rectores; su caso también es demostrativo. ¿A qué atribuye este fenómeno?
C.S.: Efectivamente hay una demanda generalizada en las universidades públicas argentinas, y es importante tomar los reclamos de los estudiantes. Es seguro que hay que avanzar en la reforma de los estatutos que piden los estudiantes y los reclamos de democratización. Venimos de una historia que tiene efectos de una falta de discusión política y transparente, en deterioro de las representaciones, y por eso ocurren estos episodios. La necesidad de recurrir a medios extremos por parte de los estudiantes deberían hacernos reflexionar. Sin embargo, fueron grupos minoritarios los que querían la reforma del estatuto. Había muchos infiltrados que eran prepotentes, muchos de nosotros terminamos con heridas.

P.: ¿Con qué reclamos está de acuerdo?
C.S.: Que el voto de cada universitario valga igual que los otros, que el modo de elección sea accesible. Pero, sin embargo, creo que hay que respetar a las autoridades que están ahora. Es oportuno discutir si los medios de elección son los más adecuados. Por eso hay que iniciar proyectos para activar esa discusión, para tratar esos temas. Es un reclamo lógico poner un límite a la reelegibilidad también.

 Tradiciones
P.: Usted quiere avanzar en la democratización ¿qué significa eso?
C.S.: La democratización que reclamo requiere llevar adelante un trabajo en todas las áreas, en cómo debe manejarse la información institucional, que la comunidad universitaria forme parte de todos los temas. Ha habido malas tradiciones, han sido muy autoritarias, han actuado unilateralmente con los sectores de la oposición, hay inculturas en las universidades públicas argentinas con respecto a la política. Y, por supuesto, en el caso nuestro también.

P.: ¿Observó trabas en su gestión por ser mujer?
C.S.: Hay aspectos simbólicos en los que se nota el contraste. Pero en los más importantes no lo he notado, no estoy preocupada por esa cuestión. En mi equipo hay varones y mujeres, tenemos un amplio sector de opinión. No estoy negando que haya prejuicios, hay cosas conservadoras dando vueltas por ahí, pero he decidido minimizar esos obstáculos. No lo veo de forma explícita pero algo hay. Yo vengo de un ámbito en el que hay muchas mujeres, la proporción es más equilibrada.

P.: ¿Siente la necesidad de reivindicar a las mujeres?
C.S.: Hay un aspecto reivindicativo, seguro. Pero eso se va a ver en la gestión. Es un rol que me viene añadido me guste o no me guste. Tengo la oportunidad obligada de hacer una buena gestión, sería muy importante demostrar que una mujer tiene esa posibilidad y la aprovecha.

P.: ¿Cuál es el diagnóstico que tiene de la universidad?
C.S.: Veo que en la formación académica hay que hacer una evaluación compleja. Hay una muy buena calidad en cuanto al plantel docente, tiempos en los que se avanza en las carreras. Pero también hay debilidades, y la más visible es el desequilibrio presupuestario interno entre las facultades. Las que dictan mejores carreras son las que tienen mejor presupuesto. Hay que superar esa situación. Me refiero a unidades académicas, por la dedicación horaria, etc. Con respecto a los incrementos salariales la recuperación de los docentes se dio en relación con los no docentes, pero todavía necesita una enorme recuperación, que se había perdido en los años 90.

P.: ¿Qué es lo que su gestión busca aportar?
C.S.: Queremos una política que sea capaz de integrarse al sistema universitario nacional. Es fundamental reordenar el funcionamiento de la universidad. Tenemos 3 objetivos esenciales para eso: la enseñanza, la investigación y la extensión con respecto a las relaciones de la comunidad universitaria con la no universitaria. Soy políticamente independiente, porque no tengo una afiliación partidaria, desde el punto de vista político en general. Pero sí tengo una agrupación política universitaria que une un grupo. Soy progresista porque creo que hay que modificar las situaciones heredadas, con retrasos y problemas viejos, y cosas que se conservan de manera inercial. Y porque queremos que haya igualdad de oportunidades, con calidad académica en el acceso.

P.: ¿Con esta elección marcó un antes y un después?
C.S.: El antes y el después se marcó porque construimos una propuesta para la universidad, nos movimos en lo que nadie se ha movido, ampliamos la visión de los problemas, nos tornamos políticamente impredecibles con una actitud crítica y hasta valiente, diría yo, porque creemos que es posible construir un cambio de esa manera, y no a la inversa, comprando voluntades, extorsionando, son esas las cosas que queremos que cambien. Vamos a ordenar la política sin padrinazgo. Un factor que facilitó esto es el progresivo deterioro del otro modelo que venía gobernando, se fracturó en la misma cantidad de pedazos que la cantidad de personas que eran los que proponían ese modelo de falta de gestión. Nuestro propio crecimiento también aportó.

P.: ¿Cómo convive con su rol de mujer y madre?
C.S.: En eso estoy. Claro que mi vida familiar se complicó. Fue una decisión importante antes de aceptar esta candidatura. Lo pensamos mucho con mi familia porque sabíamos que iba a generar unas frustraciones muy grandes. Pero la expectativa tan favorable que existía hizo que valga la pena. Estoy feliz con el desafío.

Entrevista de Lorena Hak

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