29 de junio 2007 - 00:00

Petroleros negociaban suba de 28%

Después de una jornada agotadora que, incluso, estuvo a punto de naufragar por las diferencias entre las partes, los paritarios que representan a las empresas de la producción y de los servicios aceptaron la propuesta gremial que piloteó el denominado Bloque Patagónico (sindicatos de Neuquén y Río Negro; Chubut y Santa Cruz).
 Reanudadas
Las reuniones fueron retomadas a las 11 en la sede del Ministerio de Trabajo con la presencia de la viceministra Noemí Real, pero entre las pretensiones gremiales de 30% y la concesión empresaria de llegar a 16,5% como piso existía una enorme diferencia que no pudo ser zanjada en ese nivel, y que contradecía los avances que había tenido el neuquino Guillermo Pereyra -estuvo secundado por sus pares Mario Mansilla, de Chubut, y Héctor Segovia, de Santa Cruz- con Repsol YPF, Petrobras, Chevrón y Panamerican Energy.
En ese punto, los dirigentes gremiales amenazaron con suspender las negociaciones y el fantasma del paro petrolero apareció en el horizonte. Esto hizo que el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, se hiciera cargo de las negociaciones -tal cual lo había conminado el miércoles Néstor Kirchner, por lo cual las partes accedieron a sentarse a la mesa de discusión.
Allí los gremialistas y empresarios cedieron posiciones y se negoció un aumento de 23% más 5%, a cobrar en noviembre como saldo de anteriores acuerdos salariales. Estos dos porcentajes elevaron el incremento a 28% pero, además, se introdujo la discusión sobre las viandas (que se querían establecer en 35 pesos por día), el prorrogar un fijo de 350 pesos mensuales, mantener la excepción -lo deben abonar las empresas- del pago al Impuesto a las Ganancias por parte de los trabajadores e incrementar el concepto de horas de viaje. La suma de todos estos adicionales podría llevar el incremento a 32% o 33%, y eso era lo que se discutía al cierre de esta edición e impedía la firma del acta definitiva.

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