22 de septiembre 2020 - 00:00

Disyuntiva: replicar incentivos fiscales de Brasil o esperar duro ajuste de industria automotriz

El Sr. 5 habla del futuro del sector. Cómo Schiaretti le "vendió" el régimen automotor a Cavallo y la amenaza de la "Lei do Bem" brasileña.

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Cada vez el debate es más fuerte. Varias empresas autopartistas decidieron mudar su producción a Brasil y hay muchas más, en silencio, que lo están evaluando. Tampoco es sólida la situación de algunas terminales, pensando en los próximos años. El Sr. 5 -esa fuente anónima que conoce muy bien este sector- explica en esta charla por qué hay hoy una industria automotriz y por qué puede desaparecer. Desde los motivos que llevaron a Domingo Cavallo a implementar el régimen actual y la necesidad de replicar los incentivos que ofrece Brasil.

Periodista: Con la salida del país de muchas autopartistas, en el sector se plantean si es viable fabricar autos aquí.

Sr. 5: Depende lo que se haga. Se necesita una planificación. Hay que tener en cuenta que hace años que no hay una política para el sector. Sólo parches. La última vez que hubo un plan para tener un modelo productivo y generar inversiones fue a comienzos de los 90, con Domingo Cavallo como ministro y Juan Schiaretti como secretario de Industria, cuando se dispuso el régimen automotor que respondió a una buena lectura de lo que empezaba a pasar en el mundo con la globalización. Después de eso, todo mal.

P: Todo ese mecanismo de compensación de importaciones y exportaciones y la especialización industrial...

Sr. 5: Exacto. Se planteó que no se podían producir todos los modelos y mal, de forma ineficiente, sino que había que especializarse en uno o dos vehículos por plantas para tener escala y bajar costos. De esa manera se produjo un boom de producción y de exportaciones. Fue un proceso de fuertes inversiones, con la llegada de muchas automotrices multinacionales que vinieron a tomar el control de sus marcas que, hasta ese entonces, estaban en mano de empresas nacionales que fabricaban bajo licencia.

P: Sevel, Ciadea, Autolatina...

Sr. 5: Claro. Entonces vinieron Fiat, Peugeot, Renault, Ford, Volkswagen, también General Motors. Más tarde Toyota. Se establecieron reglas claras en las que para importar, había que exportar, para mantener un equilibrio comercial.

P.: El flex

Sr. 5: Pero el flex, en esa época tenía sentido, porque se cumplía y, si no, había una sanción. Hoy ya no lo tiene. Hacen lo que quieren. ¿Sabe cuándo fue la última vez que se aplicó y se cobró una multa a las automotrices por importar de más? En el 95. Después, nunca más. Se alentaba a las inversiones pero había reglas que las empresas debían respetar.

P.: A Cavallo se le debe, entonces, que haya hoy una industria automotriz...

Sr. 5: Se podría decir así. Pero, en realidad el que lo pensó y lo implementó fue Schiaretti. A Cavallo no le importaba la especialización ni nada de eso. Lo que lo convenció fue que el “gringo” le mostró que con ese régimen se podía reducir el déficit comercial en u$s5.000 millones. Hoy son 8.000 o 9.000 millones, unas 50.000 unidades. No se puede pagar semejante desbalance y así estamos. Hay que buscar la forma de cerrar esa brecha.

P.: El Gobierno decidió poner cupos.

Sr. 5: Poner cupos es infantil. Son las mismas empresas acá y allá. Incluso en algunas los directivos que deciden son los mismos y son argentinos. ADEFA y ANFAVEA es lo mismo.

P.: Volvemos al principio. ¿Con esta dirección , la industria puede sobrevivir?

Sr. 5: A largo plazo es muy difícil porque nadie va a venir a traer inversiones. ¿Significa eso que la tenemos que dejar caer? Me parece que no. Son pocos los países que tienen producción automotriz. Acá hay muy buen capital humano y tecnológico. Hay que pensar en el nuevo ciclo de inversiones que, además, tienen un gran salto tecnológico con los autos eléctricos, híbridos, autónomos.

P.: ¿Qué habría que hacer?

Sr. 5: No es fácil pero es la única forma de supervivencia. Hay que tomar medidas profundas de tipo fiscal para replicar en la Argentina lo que hay en Brasil. Ellos tienen una política de incentivos que cambia la estructura de costos. Es un diferencial fenomenal con lo que pasa en la Argentina. O replicamos eso o ellos tienen que eliminar los incentivos. Eso es más difícil. Brasil tiene la “Lei do Bem” que es un programa muy importante de incentivos en ciencia y tecnología con grandes beneficios impositivos para la radicación de innovación. Será una esponja para inversiones que le costará caro a la Argentina. Incluso, los estados compiten entre ellos para atraer inversiones. Acá no hay nada de eso. Se habla de un mercado de libre comercio de manera abstracta pero así es imposible. Se irían todas las inversiones a Brasil. Con este desacople ya se están yendo las autopartistas. S i no se hace algo pronto se van ir algunas terminales.

P.: Pero esa política tiene una costo fiscal alto. No hay plata para eso.

Sr. 5: Claro que va a tener costo fiscal. Acá nos endeudamos para pagar gastos corrientes. Se le pide plata al FMI para cubrir un déficit improductivo. Eso no sirve. Hay créditos para financiar políticas estratégicas. Además, puede ser para inversiones incrementales, lo que disminuye el impacto. Si se replican los incentivos se va a ir generando una alternativa para las inversiones. Apostar a los motores de combustión o a un “compre nacional” voluntarista son ideas de corto plazo. Hay que pensar en los eléctricos como ya está haciendo Brasil. Están electrificando la ruta San Pablo-Porto Alegre. Esta es la tendencia que hay en el mundo.

P.: Aún así, ¿puede haber la cantidad de terminales que hay hoy en el país?

Sr. 5: Así, como se está hoy, sobran. Si se toman medidas, tal vez no. Porque la selección sea natural. Con igualdad de posibilidades. Hoy es imposible pensar en la localización de autopartes con el diferencial de incentivos tan grandes que hay con Brasil. Pero es posible tener una industria automotriz eficiente. Si hay estabilidad, competencia y esa replica de políticas con Brasil, es posible. Es una industria que se fertiliza a si misma porque genera innovación. No se puede evaluar mirando sólo el déficit sino todo lo que genera. En todo caso, es preferible cierto déficit con producción que por importaciones. Ese no genera innovación.

P.: Australia, mirando el déficit, decidió cerrar su industria automotriz y apostar a otros sectores que consideraban más eficientes.

Sr. 5: Es válido lo de Australia pero tienen otra estrategia de producción. Terminando con las desventajas con Brasil, es posible no llegar a eso. La Argentina, todavía está a tiempo de salvar a esta industria. Toda o parte. En las condiciones actuales, es insostenible: no van a venir más inversiones automotrices. No digo como las que están en marcha hoy, para la tecnología actual. Esas son, de supervivencia, para no levantar la planta y cerrar las operaciones. Hablo del nuevo ciclo de capitales para una industria más tecnificada. Lo que está, está, pero hay que pensar como incentivar esas nuevas inversiones en cinco o diez años. Si no, se las llevará todas Brasil.

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