25 de marzo 2024 - 14:29

Arabia Saudita avanza con los negocios del tenis, pero la ATP no quiere repetir la historia del golf

A través de su fondo soberano PIF, el país ofreció u$s2.000 millones para fusionar el circuito masculino y femenino, organizar más torneos y participar en un negocio que, en conjunto con los grand slams mueve más de u$s649 millones.

Arabia Saudta avanza con fuerza sobre el deporte y el mundo del tenis toma medidas para que no se apodere del negocio global.

Arabia Saudta avanza con fuerza sobre el deporte y el mundo del tenis toma medidas para que no se apodere del negocio global.

Reuters

Estados Unidos y Europa llevan décadas protagonizando la hegemonía de la industria del deporte en términos de notoriedad y negocio, pero ningún territorio ha protagonizado una ofensiva tan fuerte en la carrera por ganar presencia en el sport business como Arabia Saudita. El país de Oriente Próximo ha situado esta industria como puntal de su estrategia Saudi Vision 2030, con la que busca proyectarse al exterior e invertir en diversificar su economía para que dependa menos del petróleo. Y tras el fútbol y su OPA al golf, vio en el tenis a su principal aliado.

Una ofensiva que en poco más de seis meses consiguió los siguientes hitos: adjudicarse hasta 2027 las Next Gen Finals de la ATP, que es el torneo de las estrellas del futuro del circuito; fichar a Rafa Nadal como embajador y que abriera una academia en ese territorio; organizar el torneo de exhibición Riyadh Season Cup con Carlos Alcaraz y Novak Djokovic; crear otro campeonato, el 6 Kings Slam, en el que competirán seis de los mejores tenistas de la historia y del ranking ATP; firmar como patrocinador del circuito y poner u$s2.000 millones de dólares sobre la mesa para unificar la ATP y la WTA, lo que incluiría adjudicarse un Masters 1.000 y organizar la Copa de Maestras en Arabia Saudí.

Hay países que van por todo, como Arabia Saudita, que además del mundo del fútbol y del golf, hizo una oferta significativa para un Masters 1000 que la ATP iniciará en los próximos meses”, afirmó Xavier Pujol, CEO del Barcelona Open Banc Sabadell, en el marco de la presentación del torneo.

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Arabia Sauditaen poco más de seis meses consiguió adjudicarse hasta 2027 las Next Gen Finals de la ATP, que es el torneo de las estrellas del futuro del circuito; fichar a Rafa Nadal como embajador y que abriera una academia en ese territorio.

Arabia Sauditaen poco más de seis meses consiguió adjudicarse hasta 2027 las Next Gen Finals de la ATP, que es el torneo de las estrellas del futuro del circuito; fichar a Rafa Nadal como embajador y que abriera una academia en ese territorio.

Eso sí, a diferencia del proyecto que lanzó en el ámbito del golf, en el mundo del tenis no ha optado por un negocio global. En este caso no buscó la compra de la ATP y la WTA, sino alinear sus objetivos con los de los circuitos. De hecho, hace años que ambos tours han unido fuerzas, trabajando de manera conjunta con una única oficina comercial para vender patrocinios conjuntos y alcanzar acuerdos de manera total. Un ejemplo de ello es el documental Break Point, de Netflix. “Necesitamos un modelo de gobernanza y operativo compartido”, afirma la ATP en su plan OneVision, lanzado el año pasado.

La idea es hacer más fuerte un ecosistema que cuenta con 1.000 millones de fans, lo que la convierte en la cuarta disciplina con más aficionados, pero que sólo genera el 1,3% de los ingresos totales por derechos audiovisuales deportivos, según un informe de SMG citado por la ATP. De hecho, más del 35% de los ingresos del circuito profesional proceden del ticketing, mientras que sólo un 20% los genera la televisión. En la NBA este porcentaje se eleva al 50%, por casi el 60% de la Premier League. La ATP culpa al “ecosistema fragmentado”, dividido entre dos circuitos, los torneos de selecciones y los grand slam.

De ahí que se plantee una fusión a futuro, un proyecto en el que la firma de inversión CVC quiere participar. De hecho, compró el 20% del negocio comercial del circuito femenino por u$s150 millones. Pero no es el único fondo que quiere participar del negocio, pues el saudita PIF quiere jugar como socio estratégico. Lo hace en un contexto de cambio y consciente del calendario que la ATP y la WTA han definido para el próximo ciclo.

El plan OneVision consta de dos fases: la primera, centrada en alinear los intereses de los tenistas y los torneos, y crear un producto premium. La segunda se llevará a cabo a continuación, y consiste en fusionarse con el circuito femenino. Arabia Saudita firmó como patrocinador en la fase uno, con la ambición de ser un player muy relevante de cara a la fase dos.

Eso sí, pese a no tratar de apoderarse totalmente del negocio, son varios los torneos de menor envergadura que se ven afectados por la ofensiva saudita.

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