13 de octubre 2024 - 20:30

Deporte y tragedia: la carrera en la que 21 competidores murieron congelados y las acusaciones contra la organización

La tragedia en una carrera en China genera un debate sobre la seguridad en eventos deportivos extremos.

Una carrera de montaña en China abrió una vez más el debate sobre la responsabilidad en eventos deportivos 

Una carrera de montaña en China abrió una vez más el debate sobre la responsabilidad en eventos deportivos 

Las tragedias en el deporte no son nuevas. Desde la avalancha en el Estadio Nacional de Lima hasta la tragedia en el estadio Luzhniki en Rusia en 1982, el mundo del deporte fue escenario de momentos fatales. En 2021, China se sumó a esta lista trágica cuando 21 corredores murieron congelados durante una carrera, dejando muchas preguntas sin respuesta.

El desastre ocurrió en la provincia de Gansu, donde las condiciones climáticas cambiaron abruptamente, exponiendo a los competidores a una tormenta helada. Esta tragedia no solo conmocionó a los aficionados del deporte, sino que ha puesto en tela de juicio la organización de eventos deportivos en condiciones extremas.

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Varios grupos de la seguridad de China trabajaron para recolectar los cuerpos de las víctimas

Varios grupos de la seguridad de China trabajaron para recolectar los cuerpos de las víctimas

La historia de la trágica carrera en el Bosque de Piedra del Río Amarillo que dejó 21 muertos

El evento tuvo lugar en el pintoresco Bosque de Piedra del Río Amarillo, una zona turística en la provincia noroccidental de China, conocida por sus impresionantes paisajes y su clima impredecible. A la competencia asistieron 172 corredores, quienes debían completar una carrera de 100 kilómetros a lo largo de terrenos montañosos. Lo que debía ser una prueba de resistencia, terminó en un fatídico desastre cuando una tormenta de granizo y fuertes vientos golpearon la zona.

El clima adverso comenzó a manifestarse alrededor del mediodía, y pronto las temperaturas descendieron cerca de los cero grados. Los participantes, que vestían ropa ligera debido a las condiciones previas de la carrera, fueron incapaces de enfrentar el frío repentino. Varios competidores comenzaron a experimentar síntomas de hipotermia, algunos desaparecieron del camino, y los equipos de rescate se movilizaron de inmediato.

Uno de los testimonios más impactantes vino de un corredor que logró pedir ayuda por radio: "Están echando espuma por la boca, vengan rápido", clamó. A pesar de los esfuerzos de los rescatistas, la tragedia se llevó 21 vidas, incluyendo la de Jing Liang, un corredor de élite chino que había ganado las ediciones anteriores de esta carrera. El operativo de rescate, que involucró a más de 700 personas, logró salvar a 151 corredores. Sin embargo, muchos de los sobrevivientes sufrieron lesiones y el impacto emocional de la tragedia fue devastador para todos los involucrados.

La seguridad en los eventos deportivos extremos está bajo un escrutinio creciente. Las organizaciones responsables de este tipo de competencias deben prever las condiciones meteorológicas con más precisión y garantizar que los participantes estén debidamente equipados para cualquier cambio climático inesperado. En este caso, la falta de previsión por parte de los organizadores desató un debate sobre la responsabilidad en estas tragedias. ¿Deberían ser responsables los clubes, las organizaciones o incluso los gobiernos locales? Este caso podría sentar un precedente para una mayor regulación y seguridad en futuras competiciones de alto riesgo.

El debate sobre la responsabilidad en tragedias deportivas como la de Gansu sigue en pie. ¿Son los organizadores quienes deben asumir toda la culpa, o también hay fallos en los mecanismos de regulación y supervisión estatal?

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