Arabia Saudita y Qatar pusieron fin a su crisis diplomática y el acontecimiento no sólo fue celebrado por buena parte de las economías internacionales sino también por la industria del deporte.
Fin al conflicto entre Arabia y Qatar que costó miles de millones de dólares a los negocios deportivos
Finaliza una crisis diplomática de tres años que, en lo relacionado con el deporte, condicionó grandes acuerdos sobre derechos audiovisuales o complicó la disputa de competiciones internacionales.
-
El tenista que pasó de ser desconocido a convertirse en millonario de la noche a la mañana
-
La extenista que enfrentó a Djokovic y acusó a Sharapova de antipática: quién es Dominika Cibulkova
Arabia Saudita y Qatar pusieron fin a su crisis diplomática. Grandes acuerdos sobre derechos audiovisuales o la llegada de competiciones internacionales a ambos países estaban comprometidos por el bloqueo que mantenían.
Grandes acuerdos sobre derechos audiovisuales o la llegada de competiciones internacionales a ambos países estaban comprometidos por el bloqueo que mantenían.
Recientemente, Arabia Saudita abrió sus fronteras marítimas, terrestres y aéreas con Qatar, cerradas desde el 5 de junio de 2017, cuando los saudíes, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto rompieron relaciones diplomáticas con Doha.
Uno de los casos más paradigmáticos de la guerra geopolítica que mantenían, ligada al deporte, se encuentra en la comercialización de los derechos audiovisuales. Qatar y buena parte de la industria deportiva vinieron denunciando en los últimos años la promoción de la piratería que realizó Arabia Saudita con el único objetivo de hundir a beIN, grupo audiovisual propiedad del Estado catarí.
Arabia Saudita auspició la plataforma beoutQ, con la que emitían las principales competiciones de fútbol pinchando la señal de beIN y ofreciéndola a sus paisanos a un coste inferior.
Fifa, Uefa, AFC, LaLiga, Premier League y Bundesliga exigieron el pasado año el fin de esta plataforma, tras demostrar que Arabsat había facilitado sus retransmisiones y que la Justicia del país había bloqueado cualquier investigación penal.
En contrapartida, el comité que analiza las compraventas en la Premier League tumbó el pasado verano la adquisición del Newcastle por parte de un fondo vinculado a la familia real de Arabia Saudita.
Además, la liga inglesa renovó con beIN Media hasta 2024-2025 para emitir a través de su plataforma sus partidos en toda la región de Oriente Medio y norte de África.
Se prevé que el fin de esta tensión entre países también signifique el punto final a esta piratería de Estado.
Este no es el único pulso comercial que beIN mantuvo con el deporte de élite, pues tampoco renovó con la Fórmula 1 y se negó a retomar las emisiones de la Serie A tras el confinamiento, después de advertir que no colaboraría con competiciones que tuvieran relaciones económicas con Arabia Saudita a pesar del apoyo que el reino ha dado a las operaciones ilegales de beoutQ, tal y como han probado investigaciones privadas de Fifa y Uefa, y también de la Organización Mundial del Comercio.
Finalmente, la situación se desbloqueó con una baja en la renegociación. Una de las razones para reducir los pagos que tenía comprometidos es que, mientras no se resuelva el conflicto con este canal pirata, considera que cualquier compra de derechos se hace en régimen de no exclusividad. A partir de ahí, deja en manos de las propiedades deportivas el exigir compensaciones a beoutQ o Arabia Saudita.
En los inicios de esta batalla legal, beIN aseguró que la irrupción de este operador que piratea su señal le costó más de 1.000 millones de dólares en ingresos, ya que sufrió importantes bajas en el número de abonados. Es un dinero que reclama a Arabia Saudita y que forma parte del conflicto político que existe con Qatar, si bien tiene el refuerzo adicional de que hay pruebas sobre su culpabilidad.
El mencionado estudio que encargó el fútbol de élite dejaba claro que Arabsat, empresa pública de satélites cuya base de operaciones está en Riad, ha facilitado todos estos años la infraestructura necesaria para copiar la señal de beIN Sports y modificar logos y demás infografía para vender el canal bajo otra marca.
Asimismo, este desbloqueo facilitará que no haya problemas diplomáticos para el desarrollo de competiciones internacionales tanto en Arabia Saudí como Qatar. Cabe recordar que beIN ya dio un toque de atención a la Serie A por llevar su Supercopa de Italia al país saudí. Tras esta amenaza implícita, la competición se disputará este 2021 en Reggio Emilia.
España celebró en 2020 la Supercopa de España en Arabia Saudita, y esta temporada debería haber vuelto, pero la Covid-19 y sus restricciones han impedido hacerlo.
Por otro lado, en 2022, Qatar organizará el Mundial de fútbol.
El embargo de la mayoría de países del Golfo Pérsico a Qatar ya tuvo el impulso de Kuwait, estimulado por Estados Unidos. Los países arábigos acusaban a Qatar de ser “demasiado independiente” y de apoyar al terrorismo islamista.
- Temas
- Qatar
- Arabia Saudita




Dejá tu comentario