13 de febrero 2013 - 09:25

Sigue la polémica por la acción que derivó en la expulsión de Lugüercio

El incidente que le costó al delantero de Arsenal Pablo Lugüercio la primera expulsión en toda su carrera futbolística derivó este miércoles en una cuestión moral, con el primero todavía indignado y el defensor Emanuel Brítez, de Unión, arrepentido.

En un partido correspondiente a la primera fecha del Torneo Final, disputado el viernes pasado, Lugüercio terminó expulsado por pegarle a Brítez, quien antes lo había manoseado en el trasero.

El árbitro consultó con el asistente y terminó expulsado el atacante de Arsenal, quien se fue de la cancha llorando.

"Yo tengo una formación familiar, he aprendido de buenas enseñanzas y para mí, el respeto tiene que darse en todas sus formas, incluso en el plano deportivo", comentó Lugüercio en varias oportunidades después del partido y lo reiteró este miércoles, entrevistado por Radio La Red.

La misma emisora sacó al aire a Brítez, quien debutaba el viernes y este jugador se mostró arrepentido y dispuesto a pedir disculpas.

"Yo estoy ahora tranquilo descansando acá en Santa Cruz. Recién me levantaba y la verdad no quiero volver sobre el tema. Si se va a disculpar que lo haga solo, aunque ya es tarde. Le agradezco, pero ya no quiero seguir con el tema", dijo Lugüercio, quien así evitó ser cruzado con su rival del viernes.

Tras la trompada instintiva que le aplicó Lugüercio, algunos protagonistas del caso desfilaron por el programa "Paso a Paso" de TyC Sports y así se vieron distintas repercusiones.

Brítez quedó como un fresco porque continuaba celebrando su picardía, que dejó al rival con diez hombres, pero el cerebral entrenador Gustavo Alfaro (de Arsenal) lejos estuvo de aprobar esa artimaña.

"Yo habría reaccionado igual. Le doy todo mi respaldo a Lugüercio, quien por otra parte se disculpó con todo el plantel por habernos dejado con diez jugadores", señalaba el DT después del encuentro.

También por la misma señal radial, Brítez explicó que no se había disculpado entre risas, simplemente le "siguió la corriente" a un programa que lo entrevistó tomando el caso "a la chacota".

"Después vi por televisión lo que había hecho, lo comenté con mi familia, me encerré en mi habitación y me prometí no volver a hacer algo igual jamás en mi carrera", expresó Brítez en lo que terminó siendo una situación tensa.

El giro de esta situación lo realizó Guillermo Marconi, titular del Sindicato de Árbitros de la República Argentina, quien presentará en las próximas horas un pedido para Lugüercio no sea sancionado con una fecha.

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