Un torneo amortizado
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Mauro
Zárate fue la
transferencia
más
importante
que realizó
Vélez, al
vender al
juvenil
delantero a
Al Saad de
Qatar en 22
millones de
dólares.
En diciembre, con los retornosde Riquelme, Leonardo-Ponzio y Mauro Rosales, entre otros, se pensó que la tendencia se revertía y el campeonato argentino podía tener jugadores de categoría con edad mediana (23 a 28 años) para jugar al fútbol; sin embargo, 6 meses después todo volvió a ser como antes, y mientras Boca espera un milagro para seguir contando 6 meses más con Riquelme, le ganó una pulseada a River por Marcelo Carrusca, que casi no jugó en el Galatasaray de Turquía y cuando estaba en la Argentina no les interesaba a ninguno de los dos.
Hoy Carrusca y el retorno de Daniel Romeo a San Lorenzo (después de 4 años en Europa, donde apenas marcó una docena de goles) son los fichajes estrella del fútbol argentino. Un fútbol que apela hasta con abuso a los jugadores paraguayos, porque son baratos y rendidores, por eso al campeón guaraní Cerro Porteño lo desmantelaron entre Racing y Estudiantes de La Plata con las llegadas de Domingo Salcedo, Marcos Cáceres, Erwin Avalos, Hilario Navarro (que es correntino pero hizo toda su carrera en Paraguay) y Edgar González, y River, Racing, Independiente y San Lorenzo se pelean por Santiago Salcedo (el hermano de Domingo) como si fuera Thierry Henry, cuando ya jugó en Newell's y su paso fue tan sólo mediocre. Todos confían en que el fútbol argentino seguirá generando figuras y que a lo largo del torneo aparecerán otras nuevas para alimentar la pasión por el torneo, pero muy pocos trabajan con seriedad en las divisiones juveniles para que esto suceda. Por eso no sería de extrañar que la mina de diamantes se seque y al fútbol argentino le pase lo del uruguayo, que navega en una mediocridad de la que no puede salir.
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