Cuando todo indicaba que la cumbre del Mercosur volvería a naufragar por desacuerdos internos, las tratativas diplomáticas destrabaron el escenario. Con el respaldo de Paraguay, el país que más resistencia mostró, y con el visto bueno del gobierno de Javier Milei, Brasil avanzó en la preparación del encuentro presidencial previsto para el 20 de diciembre en Foz de Iguazú, donde podría rubricarse el dilatado acuerdo Mercosur–Unión Europea, impulsado personalmente por Luiz Inácio Lula da Silva.
Cumbre del Mercosur en Foz de Iguazú: expectativa por la firma del acuerdo con la Unión Europea
La última palabra antes del anuncio oficial la tiene el Consejo Europeo. Tras jornadas de tensión, finalmente se concretará el encuentro.
-
Qué implica el acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur
-
La cumbre del Mercosur vuelve a su fecha original y crece la expectativa por la firma del acuerdo con la Unión Europea
El 20 de diciembre se realizará una nueva cumbre del Mercosur.
Como anticipó Ámbito Uruguay, a convocatoria ya figura en los canales oficiales del organismo. Solo resta el anuncio formal, que dependerá de lo que resuelva el Consejo Europeo el martes 16. Si la votación resulta favorable, la firma podría concretarse allí mismo.
La disputa por la fecha y el giro inesperado
La discusión se remontó al cambio de agenda que dispuso Itamaraty. Brasil trasladó la reunión originalmente prevista para el 2 de diciembre al día 20, convencido de que la UE no llegaría a tiempo para avalar el texto.
La reacción de Paraguay fue inmediata: envió una nota oficial a la coordinadora brasileña del Mercosur, Gisela Padovan, advirtiendo que su país no asistiría.
La Argentina, que también prefería la cita del 2, acompañó la queja, aunque mantiene desde hace meses una postura favorable a la concreción del acuerdo con Europa. Esta tensión se sumó al evidente distanciamiento político entre Milei y Lula da Silva, que persiste pese a los contactos diplomáticos.
Lula da Silva sostuvo que "la firma será el 20”
Lejos de retroceder, el mandatario brasileño reiteró públicamente que el pacto debía sellarse sí o sí el 20 de diciembre. Reconoció “problemas” con Paraguay, gobernado por Santiago Peña, aliado político de Donald Trump, al igual que Milei. Como alternativa, Lula propuso firmar con la UE en esa fecha y realizar luego la cumbre presidencial el 14 de enero en Brasilia.
“Yo lo haré en Brasilia. Lo haré en Brasilia porque, posiblemente, tenemos un problema con Paraguay, que no puede participar el día 20. Posiblemente, marquemos el Mercosur, fijemos la reunión del Mercosur para comienzos de enero, y firmemos el 20 de diciembre”, afirmó.
A partir de esas declaraciones, se sucedieron nuevas negociaciones que permitieron confirmar finalmente tanto la fecha como la sede.
Las gestiones silenciosas que acercaron posiciones
En medio de reuniones que no trascendieron públicamente, el canciller argentino Pablo Quirno mantuvo un encuentro clave con su par paraguayo Rubén Ramírez Lezcano tras regresar de Montevideo, donde había dialogado con Mario Lubetkin por Uruguay.
Allí se reactivaron conversaciones orientadas a asegurar la presencia de Paraguay y avanzar con la agenda propuesta por Lula.
Del mismo modo, las relaciones entre Argentina y Paraguay muestran una coordinación creciente. No casualmente, Peña y Milei viajaron juntos rumbo a Oslo, donde asistieron a la ceremonia del Premio Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado.
La decisión clave llegará desde Europa
La reunión en Foz de Iguazú no definirá por sí sola el futuro del acuerdo. La atención se concentrará en lo que suceda el martes siguiente en Bruselas, donde los 27 países de la UE votarán si habilitan o no la firma.
Allí se requerirá el apoyo de al menos el 55% de los países, representando el 65% de la población comunitaria, para que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pueda viajar a Brasil y concretar la firma.
Dos gobiernos ya expresaron su rechazo: Francia y Polonia. En la Cancillería argentina también esperan definiciones de Italia, que si bien mantiene buena sintonía entre Giorgia Meloni y Milei, no respalda el acuerdo sin obtener antes garantías para su sector agrícola.
De cerrarse todo según lo previsto, además de la posible firma con la UE, la cumbre incluirá el traspaso formal de la presidencia pro-témpore del Mercosur desde Brasil hacia Paraguay.
Con este movimiento, el bloque buscará cerrar un año signado por tensiones internas y reflotar un acuerdo comercial que lleva más de dos décadas de idas y vueltas.
Nuevas presiones dese la Unión Europea
Mientras tanto, sigue la discusión en el Viejo Continente, donde una comisión del Parlamento Europeo se mostró favorable a endurecer las cláusulas de salvaguarda del acuerdo, con el objetivo de proteger al sector agropecuario de flujos repentinos de productos sensibles.
En un voto en la comisión de Comercio Internacional, los eurodiputados optaron por reducir los márgenes de incremento de importaciones o caída de precios de estos productos sensibles que darían lugar a una investigación de Bruselas, del 10% que proponía inicialmente la Comisión Europea (y que aceptan los gobiernos europeos) a un 5% en el borrador de la Eurocámara.
Esto implica que la UE tendría que investigar cuando se produzca un aumento en las importaciones de estos productos del 5% en comparación con la media de los tres años anteriores o si, por otro lado, el precio de dichas importaciones es al menos un 5 % inferior al del producto europeo comparable.
Estas cláusulas son fundamentales para que los países más reticentes al acuerdo, como Francia, levanten su veto y aprueben el pacto, pero los cambios conllevan una magnitud que podría forzar nuevas negociaciones. De todos modos, en la UE son optimistas acerca de que todos los países aprueben el acuerdo la semana que viene y las conversaciones continúen después.






Dejá tu comentario