Lula baja superávit para aumentar la obra pública
• Gastará u$s 140.000 millones en cuatro años. • La mayoría son obras estatales, pero también se incluirán proyectos de empresas privadas. • Bajaría el superávit de 4,25% a 3,75% en 2007. • Temor a que se convierta en política regional. • Apunta a crecer más de 5% y conviene a la Argentina, que puede aumentar exportaciones. • Incertidumbre por la reacción que tendrán hoy los inversores en ese país y también en la región.
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El PAC está dividido en tres grandes áreas: programa de inversión en infraestructura, impacto fiscal y exenciones tributarias, con las que Lula pretende incentivarla inversión privada, de modo que llegue a 25% del PBI en 2010, considerado un umbral que hará posible un crecimiento sostenido.
Los principales focos de la inversión serán energía y combustibles, transportes, saneamiento básico y vivienda. Sólo en el sector energético el gobierno federal espera que llegue a casi u$s 108.000 millones, que serán aportados por el Presupuesto federal, por las empresas estatales Petrobras y Eletrobras, y por el sector privado.
Para el rubro transportes, por su parte, están previstas inversionesdel orden de u$s 30.300 millones, que se volcarán sobre todo a la apertura y renovación de antiguas vías férreas.
«Nunca se vio en Brasil una cantidad de recursos como la que será aplicada en este gobierno en saneamiento básico, educación y otros sectores», había anticipado Lula da Silva el jueves en alusión al PAC, al que sus ministros y asesores económicos dieron ayer los últimos retoques.
Para estimular la inversión privada, el PAC reducirá impuestos sobre la construcción de fábricas y proyectos de infraestructura, como usinas hidroeléctricas y carreteras.
Las reacciones no se hicieron esperar. «El PAC ayuda, es positivo, pero Brasil no se destrabará con medidas puntuales», consideró ayer Paulo Skaff, presidente de la poderosa Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP). «Necesitamos un conjunto de medidas que incluya la reducción del gasto público, la disminución de la carga tributaria, la desgravación de las inversiones y la desburocratización», agregó.
En tanto, el presidente de la Asociación Brasileña de Infraestructura e Industrias de Base (ABDB), Paulo Godoy, dijo que la iniciativa del gobierno «es buena, pero no suficiente».
Más crítico, el ex ministro de Hacienda Mailson da Nóbrega (1988-1990) sostuvo que el PAC es «una montaña que va a parir una rata, vestida de león para parecer grande, pero rata al fin». Según el ex ministro, el PAC debería llamarse en cambio «PCC, Plan Contra el Crecimiento». Según economistas y empresarios consultados por la versión digital del diario «Folha de Sao Paulo», Brasil necesita mucho más que las medidas del PAC para crecer a 5% anual. La primera condición, para ellos, es la continuidad del proceso de reducción de la tasa de interés.
Dos días después del anuncio del Plan, el Banco Central deberá decidir si mantiene el ritmo de recorte y reduce la tasa en 0,5 punto porcentual hasta 12,75%, o si, más cauto, opta por reducirla en un cuarto de punto. Si bien la diferencia es mínima, a los ojos del sector privado la decisión es clave para marcar intenciones.
Otras condiciones que reclaman son reglas claras y estables en cuanto al tipo de cambio. Tanto la FIESP como el IEDI sustentan que el valor actual del real, apreciado frente al dólar, desestimula las inversiones al reducir el precio de los productos importados.
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