El superávit fiscal se frenó peligrosamente en junio, en los mismos niveles de 2007; por primera vez en el año. Según el anuncio que hará esta tarde el ministro de Economía, Carlos Fernández, acompañado del secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, el ahorro del gobierno nacional se ubicará en junio entre los $ 2.000 millones y los $ 2.400 millones, que implica casi el mismo resultado de junio del año pasado cuando el número había sido de $ 2.302,5 millones.
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Para peor, ese mes el superávit ya comenzaba a recibir el impacto del aumento del gasto que la administración de Néstor Kirchner impulsaba mensualmente para mejorar los giros provinciales y la obra pública para fortalecer la posición oficial ante las elecciones que luego llevarían a Cristina de Kirchner, y a Julio Cobos, al poder. Ahora, en junio de 2008, el superávit también fue de algo más de $ 2.000 millones, pero con el agravante de que se registra una seria disminución en los números del gasto público en infraestructura y en los giros a las provincias frente a 2007. En el primer caso, por la decisión oficial de disminuir el gasto eventual para cuidar la posición fiscal ante las consecuencias fiscales del conflicto con el campo. En el segundo por una motivación doble: ya no hay necesidad de fortalecer a gobernadores amigos por la cercanía electoral y en junio comenzó a castigarse a las provincias cuyos titulares no acompañaron el proyecto de retenciones móviles. Puntualmente, Juan Schiaretti de Córdoba y Hermes Binner de Santa Fe, comenzaron a ver en sus cuentas oficiales menos dinero que el habitual proveniente de la Casa Rosada.
¿A qué se debe entonces que se haya registrado en junio el mismo superávit que el año pasado, cuando la recaudación creció en 12 meses 31%? El gasto corriente del gobierno creció más de 45% en un año, fundamentalmente por el incremento en las jubilaciones y los salarios públicos, en un mes donde además hubo que liquidar el medio aguinaldo del primer semestre del año. Además, creció el nivel de subsidios para el programa energético (pese a que junio no fue un mes de mucho frío) y aumentaron los giros para los planes de congelamiento de tarifas de los diferentes transportes (ómnibus y trenes).
Finalmente, y para intentar demostrarle al campo que los giros de las compensaciones que se hubieran implementado si se aprobaba el régimen de retenciones móviles se realizarían en tiempo y forma (y no con un retraso de más de un año); el gobierno giró en la segunda semana de junio unos $ 800 millones más a la ONCCA. Se trata de los planes que ya tenía el gobierno nacional en aplicación; y que, se supone ahora, volverán a la situación previa a junio. Esto es, un retraso en las liquidaciones de más de cuatro meses y de hasta un año.
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El panorama fiscal empeoramás si se tiene en cuenta que a los algo más de $ 2.000 millones de superávit de junio, se deben agregar el aumento en los giros desde el Banco Central, que en el primer semestre del año superaron los $ 2.000 millones, cuando el presupuesto total para 2008 habla de unos $ 1.200 millones.
Carlos Fernández iba a anunciar el resultado final del ahorro del mes pasado el viernes, luego de reunirse con Cristina de Kirchner. No pudo ser. Ese día toda la atención del ministro se concentró en el anuncio de la derogación del régimen de retenciones móviles, una medida en la que no intervino ya que fue elaborada (y presentada) el jueves por la tarde por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Como el Ejecutivo considera que el anuncio del superávit es una buena noticia, se hará esta tarde.
En lo que va del año, el ahorro acumulado llega casi a los $ 20.000 millones. Con este ritmo, y sólo si el superávit continúa siendo de más de $ 2.000 millones, el resultado anual sería de 3% sobre el PBI, el porcentaje que figura en el Presupuesto. La situación se alteraría si el gobierno avanza en la decisión de lanzar tres medidas con alto costo fiscal: el aumento de las jubilaciones, la suba del mínimo no imponible de Ganancias para los trabajadores en relación de dependencia y el alza de los salarios públicos. Además, ya no estará el dinero que se pensaba obtener por las retenciones móviles, aunque éste, en teoría, estaba destinado a construir hospitales, escuelas y rutas.
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