13 de noviembre 2020 - 00:00

PIMCO y Templeton ya cerraron su capítulo argentino (al menos por ahora)

Ambas casas cumplieron su palabra e ingresaron en el llamado a licitación de los u$s750 millones que el Ministerio de Economía completó el martes, y pudieron pasar la mayoría de sus tenencias en moneda local a divisas. Con esto el Martín Guzmán logró un paso más en su estrategia de quitar presión sobre el contado con liqui (CCL) y garantizarse estabilidad cambiaria en ese mercado alternativo legal.

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Y, finalmente, PIMCO y Templeton abandonaron los pesos argentinos; una opción que seguramente representó una de las peores inversiones de la larga y fructífera historia de los dos grandes fondos internacionales. Ambas casas cumplieron su palabra e ingresaron en el llamado a licitación de los u$s750 millones que el Ministerio de Economía completó el martes, y pudieron pasar la mayoría de sus tenencias en moneda local a divisas. Con esto el Martín Guzmán logró un paso más en su estrategia de quitar presión sobre el contado con liqui (CCL) y garantizarse estabilidad cambiaria en ese mercado alternativo legal. La de PIMCO y Templeton representó una salida segura y ordenada de sus posiciones en títulos públicos en pesos, culminando una agria experiencia de apuesta por la Argentina, cubriendo el peor período de la historia financiera de este país. De alguna manera, fue un acuerdo “win-win”, que, como caballeros, Economía, PIMCO y Templeton respetaron. La foto del día después habla de un Gobierno que sorteó al precio de la emisión de más deuda en dólares y a alta tasa para evitar temblores cambiarios, pero al precio de haber terminado de tener como protagonistas del mercado local a dos de los principales referentes del mundo financiero internacional.

Ambos terminan una historia bastante complicada para sus casi siempre exitosas decisiones de inversión.

El fondo Pacific Investment Managment Co. fue el mayor apostador del Bono de Política Monetaria (BoPoMo), una invención elaborada y lanzada al mercado argentino el 21 de junio de 2017 por Luis “Toto” Caputo, en el tiempo en el que trabajaba como ministro de Finanzas del Gobierno de Mauricio Macri. El total de la emisión llegó a los $118.523.433.743, y pagaba un cupón a partir del nivel de tasas de interés de las entonces célebres y festejadas Letras de Liquidez del Banco Central, con pagos trimestrales los 21 de marzo, junio, septiembre y diciembre de cada año, y representaba un ensayo sobre el mecanismo que el entonces “Messi” local intentaría como escape financiero para absorber en aquellos tiempos la mayor cantidad de pesos posibles del mercado local. PIMCO detentaba casi el 60% del total de la operación en pesos, con la que, obviamente, perdió fortunas al ritmo de las devaluaciones locales. Algo a lo que claramente no estaba acostumbrado, más allá de ser el principal apostador a la deuda soberana de países emergentes a nivel mundial. El fondo se convirtió en un gran tenedor de deuda soberana del país en los últimos años. Si bien tenía operaciones anteriores, la profundización de sus operaciones llegó por el conocimiento directo y la confianza que la casa de inversiones le tenía a Caputo desde sus días de operador VIP del mercado financiero mundial, especializado en deuda latinoamericana. Se trata de una firma de inversión fundada en Newport Beach, California, en 1971 por William H. Gross (que aún la dirige) y por Mohamed A. El-Erian. En 2000 fue adquirida por Allianz, y desde ese momento opera bajo su ala, pero como fondo independiente.

Templeton es dirigido por una leyenda de las finanzas. Michael Hasenstab, uno de los pocos financistas top a nivel mundial que puede mostrar como cucarda, el haber superado exitosamente la crisis de 2008. Casi al nivel de otro gran acreedor del país, hoy muy mencionado: BlackRock, de Larry Fink. Hasenstab puso a comienzos de 2018 su mira en un mercado poco explorado hasta el momento: la Argentina, donde una gestión “market friendly” con Caputo a la cabeza. El ministro le prometió al fondo una operación espectacular en moneda local. El 14 de mayo de 2018, cuando el país lanzó una megaoperación de colocación de deuda, a través de la reapertura de la colocación de los Bonos del Tesoro 2023 y 2026, Templeton ingresó con sus primos hermanos del BlackRock por casi u$s3.000 millones. Era parte de la estrategia de Luis “Toto” Caputo, que esa semana se jugaba parte de su prestigio, intentando la renovación de unos u$s30.000 millones en aquellos megavencimientos de Lebac de un martes al mes. La historia que siguió a partir aquellos tiempos es la conocida. El fondo perdió miles de millones de dólares al ritmo de la devaluación del peso, y fue desmantelando su presencia en activos locales en pesos hasta la última operación de esta semana. La casa ya había confirmado en mayo que había desarmado casi todas sus posiciones en deuda argentina emitida bajo jurisdicción internacional, asegurando que sólo mantenía unos u$s55 millones en estos papeles y que, a raíz de una posición tan poco relevante, no formaba parte de las negociaciones entre Guzmán y los principales acreedores internacionales.

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