18 de diciembre 2003 - 00:00

UIA: ¿deserciones en el oficialismo?

¿Quiebre en el frente oficialista de la Unión Industrial Argentina o inminencia de unidad? Entre el martes a la noche y ayer los dos principales gestores de un movimiento «por afuera» de la UIA trataron de zanjar las diferencias entre las listas Celeste y Blanca (oficialista) e Industriales (opositora, orientada por el grupo Techint). Fue justamente el «número uno» de este holding, Paolo Rocca -acompañado de su mano derecha, Luis Betnaza-quien junto con Luis Pagani (y su ladero, Adrián Kaufman) convocaron a un desayuno y a una comida nocturna a dos grupos de empresarios, la mayoría de ellos, en principio, alineada con el sector oficial de la central fabril.

Así fue como a la primera reunión asistieron Marcelo Altuna (CEO de SanCor) y Adolfo Navajas Artaza (Las Marías); en el turno noche recibieron a Javier Madanes Quintanilla (Aluar), Oscar Vignart (Dow Chemical), Darío Friedenthal (Fate) y Luis Bameule (Quickfood). Lo significativo de estas presencias es que tanto Altuna como Bameule son miembros de COPAL, la cámara que reúne a la industria alimentaria, y a la que pertenece Alberto Alvarez Gaiani, titular de la UIA. Más llamativa aún parece la presencia de Vignart, actual secretario de la central empresaria y presidente de la reciente Conferencia Industrial que cada año organiza la UIA.

Esas presencias -teniendo en cuenta que Pagani también forma parte de COPAL- podrían leerse de dos maneras: una «traición» de los mencionados a Alvarez Gaiani o todo lo contrario, una forma de tender puentes entre los sectores que hasta ahora han mantenido un enfrentamiento de inusual dureza en la entidad.

Pero hay algo más llamativo aún: en el mundo empresarial es un secreto a voces la distancia que existe (algunos la califican hasta de «encono personal») entre Madanes Quintanilla y Rocca, distancia que habría sido el factor principal en la negativa del hombre de Aluar a integrarse a las filas de la AEA (Asociación Empresaria Argentina), de la que Rocca fue uno de los «socios fundadores». Ese encono podría haber dado paso a otra cosa, dado que habría coincidencia en el empresariado que ante los tiempos que se viven (mezcla de oportunidad y peligro) hace falta mantener un frente unido.

Entonces, todo indicaría que la alternativa más verosímil es la del acercamiento y no la de la «traición»; uno de los concurrentes a esas charlas reveló a este diario que lo que se trató allí fue justamente eso: dejar de lado las peleas internas para ofrecerse como interlocutores unificados ante el gobierno. El empresario, además, agregó que en ningún momento se habló de la salida de Alvarez Gaiani o de cualquier otro integrante de la directiva de la UIA. Quizá por estos indicadores, en la última reunión del Comité Ejecutivo de la entidad celebrada el martes, se brindó por la unidad.

S.D.


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