17 de noviembre 2006 - 00:00

Un patético armado legislativo para bajar impuesto a petroleros en paro

El conflicto sindical petrolero no había cesado anoche en toda su extensión en el Sur • Pero el gobierno intentó disimularlo para que no quedara más expuesta su rendición ante los gremios • Con algunos yacimientos todavía en paro, se encomendó a los sindicalistas del Congreso el diseño de un Impuesto a las Ganancias a la medida de los huelguistas • Fue a los apurones y con quejas de diputados del propio bloque del gobierno • Ahora eximirán de Ganancias los viáticos, viandas y horas de traslado de los trabajadores del sector • El gestor de esta "solución": el inefable Héctor Recalde, abogado de Hugo Moyano • Ahora hay que esperar que el camionero pida lo mismo • Los gremios del Sur no están satisfechos: reclaman igual exención sobre horas extras • Desde el gobierno se presiona a las empresas para que absorban ese costo • No se descarta intervención de Néstor Kirchner con presidentes de compañías • Las innovaciones impositivas espantan a los tributaristas • Alertan sobre lo obvio: ahora todos los sindicatos irán a la Justicia reclamando igualdad ante la ley • Es decir, el mismo privilegio.

Carlos Tomada
Carlos Tomada
Los sindicatos petroleros se preparaban anoche para celebrar hoy la victoria completa en el conflicto que mantenían por el Impuesto a las Ganancias, al lograr un principio de acuerdo con las empresas por un bono no retributivo equivalente a lo que paga por ese gravamen cada trabajador debido a horas extras. Como contrapartida los empleados se hacen cargo de hastas 80 horas extra en los salarios bajos y hasta 100 en los altos. En la víspera ya habían conseguido de parte del gobierno que se les reconociera oficialmente un subsidio eximiendo de Ganancias el adicional que reciben por traslados y viandas.

Fue el corolario de una extensanegociación entre funcionarios nacionales, representantes gremiales y técnicos de las empresas (ver vinculada), que arrancó con hostilidad el miércoles con un paro que dejó a medio país al borde de una crisis energética de magnitud y que también afectó el suministro de gas a Chile.

El conflicto con el sector petrolero por el pago del Impuesto a las Ganancias cerró una primera etapa a las tres de la tarde con la firma en el Ministerio de Trabajo de un acta acuerdo con los líderes gremiales, Guillermo Pereyra (Neuquén), Héctor Segovia (Santa Cruz) y Mario Mansilla (Chubut).

«En consideración de la problemática planteada por el sector sindical, con el fin de garantizar la paz social, el gobierno se compromete a propiciar, en forma inmediata, una reforma legislativa en el marco del actual tratamiento del Presupuesto 2007, que contemple una modificación en la Ley de Impuesto a las Ganancias, con el propósito de reducir el impacto del impuesto en los salarios, que regirá a partir del 1 de enero del próximo año», explica el acuerdo.

En paralelo, en un trámite veloz, las comisiones de Presupuesto y de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados dieron un dictamen favorable al acuerdo que excluye de la base imponible para el pago de Ganancias a lo que perciben por viáticos, horas de traslado y comida de la convención colectiva del sector.

Esta había sido la promesa que los sindicatos arrancaron al gobierno tras haberlo puesto contra las cuerdas con la medida de fuerza que se sintió en todos los yacimientos del país, pero en particular en los de Neuquén, donde se extrae la mitad del gas de la Nación.

Pese al entendimiento alcanzado, los sindicalistas se alborotaron por el desconocimiento que llegaba desde el Golfo de San Jorge (Chubut-Santa Cruz) a la conciliación obligatoria, aceptada sin embargo por sus caciques horas antes en Buenos Aires. Los dirigentes de estas dos provincias llegaron al despacho de Carlos Tomada a las 23 del miércoles, ya que por el mal tiempo el vuelo oficial que los traía desde la Patagonia debió desviarse y bajar en Paraná, Entre Ríos.

Ayer a la mañana, en un encuentro de intendentes bonaerenses que se realizó en Costa Salguero, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, ratificó que el conflicto estaba prácticamente cerrado. «Está casi todo terminado», aseveró cuando todavía restaba definir los términos del acuerdo sobre el reclamo referente a horas extras.

El paro de trabajadores del sector energético de la Patagonia provocó rispideces en el seno del gabinete de Néstor Kirchner, donde hubo pases de factura para el ministro de Trabajo, Carlos Tomada y en menor medida a la ministra de Economía, Felisa Miceli, según deslizaron fuentes oficiales.

A Tomada se lo responsabilizó de no haber contenido el paro a tiempo, pese a que desde el domingo pasado la cartera laboral pronosticaba vientos de tormenta soplando del Sur.

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