La dolarización fue uno de los ejes centrales en la campaña de Javier Milei. En un principio, tras su triunfo en las elecciones presidenciales pareció haber quedado descartada, pero hace unos días el ministro de Economía, Luis Caputo, la volvió a poner en agenda como una posibilidad. En ese contexto, distintos expertos de la City opinan respecto de qué tan viable es que se avance en ese sentido en base a lo que ha hecho el Gobierno hasta ahora.
¿Vamos hacia la dolarización?: qué tan enfocado está el plan económico de Javier Milei
Parecía descartada, pero en los últimos días, el ministro de Economía volvió a instalar la duda en el mercado sobre el rumbo de su política monetaria. ¿Vamos hacia una dolarización?
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Para el economista Pablo Ferrari, “la dolarización en sentido estricto, es decir, la imposición del dólar como único dinero de curso legal, es el proyecto ideal para esta primera etapa del nuevo patrón de acumulación que se está configurando” con el nuevo Gobierno. Así, considera que es un objetivo de la actual gestión, pero reconoce a Ámbito que no queda claro si lo es a largo o corto plazo.
Ferrari considera, por un lado, que las devaluaciones del peso abruptas como la ejecutada recientemente y la que se espera en los próximos meses, junto a la posibilidad de celebrar contratos en dólares de manera extendida, también constituyen pasos en esa dirección.
¿Hay dólares para dolarizar?
Sin embargo, por otra parte, señala que, en la actualidad, “faltan dólares para llevarla a cabo” y no descarta que la ida hacia una hiperinflación sea un objetivo de política económica como un “instrumento de licuación del poder adquisitivo y de ir hacia un tipo de cambio mucho más elevado”, que es una de las condiciones necesarias para una dolarización.
En una línea similar, desde Ecolatina, el economista Santiago Manoukian asegura que “la estrategia adoptada en pos de resolver el desequilibrio monetario heredado es consistente con un intento de dolarización en el horizonte, puesto que, al achicar el stock de pasivos remunerados del BCRA, acumulando reservas en el camino, el canje de pesos por dólares se vuelve más asequible”.
Este es un elemento clave que observar los analistas como un posible indicio de un plan dolarizador: el desarme de pasivos del BCRA. Así lo evidencia el economista Lorenzo Sigaut Gravina, de la consultora Equilibra, quien asegura que “el avance agresivo sobre los pasivos remunerados en pesos son un avance en este sentido y, en ese plan, la clave son los BOPREAL, bonos destinados a absorber la deuda comercial de los importadores”.
Terminar con los pasivos del BCRA, un objetivo clave
Sigaut Gravina sostiene que “ese es un golpe final para la destrucción de los pasivos remunerados y si esos instrumentos permiten, de acá a un mes, sacar los pasivos del BCRA van a estar más cerca de dolarizar”. Y es que considera que uno de los problemas que tiene el Gobierno para dolarizar es la imposibilidad de emitir deuda en dólares, pero señala que lo estaría haciendo a través de esos instrumentos y eso, para este economista podría significar estar mucho más cerca de una dolarización.
Y es que, en ese escenario, en Manoukian observa que se relaja una de las restricciones para la adopción de la dolarización: la financiera. Pero advierten que, con todo, ese cambio de moneda será una discusión para dentro de unos meses, cuando el desequilibrio monetario sea resuelto, lo que implica desarmar el cepo cambiario y unificar el tipo cambiario.
En tanto, Sergio Chouza, economista y director de Consultora Sarandí, se confiesa “escéptico” respecto de la posible decisión de cambiar el régimen cambiario hacia una extranjerización de la política monetaria y detalla sus razones:
- En primer lugar, porque observa que todas las medidas iniciales que implementó el Gobierno tienen que ver con un programa de astringencia monetaria muy dura desde lo fiscal y eso busca ser un ancla antiinflacionaria a medida que se vayan secando los pesos de la plaza. “Es decir que se apuesta a que no haya pesos disponibles en algún momento para presionar sobre la oferta”, explica.
- Además, por otro lado, apunta que, con una política monetaria más laxa, se apuesta a que el sector privado empiece a ver como una opción tentadora tomar préstamos y aumentar la oferta de bienes y servicios.
“Entonces, con las características de este programa, incluir la dolarización en el medio, implicaría meterle algo de ruido a una política que tiene un período de maduración bastante largo”, opina Chouza.
La dolarización: ¿un plan de emergencia ante el fracaso?
De hecho, anticipa que vamos a tener este mes una inflación en torno al 20% y considera que, incluso si se logran buenos resultados en el proyecto de anclar la expectativa, no se va a lograr llevar a cero ese porcentaje de un día para el otro. “Recién se podría llegar a niveles razonables en 2025, volviendo a la dinámica del 2021, por ejemplo”, advierte Chouza.
Entonces, para él, ir hacia una dolarización implicaría hacer un reseteo de las medidas de estos primeros días, que es plan inicial, y es ortodoxo. No obstante, reconoce que, “si estas medidas no tienen el efecto buscado de en controlar de la inflación, sí se podría pensar en una dolarización, dado que habrá menos pesos en la economía y ese es un elemento que prepara mejor el terreno para avanzar en ese sentido”.
No obstante, hay que tener en cuenta que la escasez de reservas daría un tipo de cambio de conversión estrafalario para dolarizar y nada indicaría que en los próximos meses pueda haber un ingreso de dólares tan fuerte que permita mejorar esa variable. Así, para Chouza, “el escenario de dolarización es posible en un contexto en el que salga muy mal el programa económico ortodoxo actual”.
Si no es dolarizar, se le parece mucho
Lo cierto es que, tal como apunta Sigaut Gravina, todo indicaría que a la estrategia económica actual le está faltando un plan de estabilización en un contexto en el que la inflación corre a un ritmo muy alto y muchos en el Gobierno ven en la dolarización la mejor opción en ese sentido. De hecho, Caputo, quien desde su consultora Anker criticaba ese plan antes de ser ministro, hace unos días, volvió a instalarlo en agenda.
Así, el camino del Gobierno parece estar orientado en esa dirección o, por lo menos, en una similar. Y es que Ferrari considera que, “aunque no se consume de manera estricta el plan dolarizador, ya se está ante un proceso despesificador que implica la normalización, institucionalización y ramificación del enraizamiento del dólar en la economía argentina”.
Y esto no suena descabellado ya que desde el Gobierno insisten en el plan de ir resolviendo la complicada situación económica de la Argentina paso a paso. De hecho, fuentes del BCRA no descartaron que se avance en una dolarización a largo plazo, aunque no es el único programa que contemplan en materia de política monetaria: también se habla del bimonetarismo y de una libre elección de monedas por parte del usuario como opciones viables.
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