31 de agosto 2023 - 00:00

Caso Antonini: con la absolución bajo el brazo, Echegaray afirmó que buscaron incriminarlo en la trama

Breve alegato de la defensa que buscó reivindicar al extitular de AFIP luego de que la fiscalía no pidiera condena porque no hubo pruebas en su contra. “La justicia llegó tarde”, enfatizó. Había sido llamado a indagatoria 11 años después de los hechos.

Ricardo Echegaray
Ricardo Echegaray

En poco más de 10 minutos, la defensa del extitular de la AFIP Ricardo Echegaray resolvió su alegato final en el tramo final del juicio oral por el caso de la valija con u$s800 mil que intentó ingresar el venezolano Guido Antonini Wilson, en 2007.

Lo breve partía de la certeza de lo que será su absolución, luego de que el Ministerio Público Fiscal anunciara que no acusaría a quien, al momento de los hechos, era el Director General de Aduanas cuando estalló el escándalo. Marcelo Agüero Vera, cuando formuló el pedido de condenas, ratificó que no se movería de su deber de objetividad y que a lo largo del debate no había surgido ninguna prueba ni testimonio que pudiera vincular a Echegaray con la maniobra de contrabando o encubrimiento.

Por eso, su defensa aprovechó para un descargo más político que apuntó fuerte contra la instrucción del expediente que pretendió involucrarlo en la trama recién 11 años después de los sucesos. “La justicia llegó tarde”, se lamentó.

Echegaray fue llamado a indagatoria en 2018 y el fiscal Pablo Turano lo acusó, en el requerimiento de elevación a juicio, del delito de encubrimiento de contrabando agravado en concurso con encubrimiento de lavado de activos por el ingreso de la valija que fue detectada por la Aduana y la PSA en la madrugada del 4 de agosto de 2007, al arribo a Aeroparque de un vuelo privado contratado por Enarsa que regresaba de Venezuela.

Se lo señaló porque habría omitido denunciar lo ocurrido a la justicia de forma inmediata y haber permitido que la cuestión avanzara como una infracción de equipaje por la omisión de declarar el dinero. De hecho, ese carril administrativo avanzó hasta el final, en paralelo a la investigación penal que tuvo múltiples idas y vueltas.

“Ninguno lo ubicó en el lugar de los hechos”, alegó la abogada Yanina Nicoletti en referencia a los testigos que desfilaron en las audiencias y a los otros imputados, incluyendo a toda la línea aduanera que intervino en el procedimiento. En realidad, la defensora secundó al propio Echegaray que ejerció como su propio abogado durante el juicio y hasta intervino activamente en la mayoría de los interrogatorios a los testigos.

El principal hecho que termina deslindando cualquier responsabilidad sobre Echegaray es que nunca ordenó hacer o dejar de hacer nada en referencia al caso Antonini y que, pese a que en las horas subsiguientes hubo una batería de llamados telefónicos entre las máximas autoridades de Aduana, no se constató que ninguno hubiese tenido éxito en la comunicación.

Jugó a su favor otro elemento que quedó explícito a lo largo del caso. Si bien todos los aduaneros que participaron del operativo fueron imputados por el encubrimiento –y el fiscal pidió condenas- a partir de su actuación que para la acusación excedió la mera negligencia, fue una propia división de la Aduana, la de sumarios de prevención, la que a las 24 horas dio aviso al juzgado de turno.

El funcionario de sumarios de prevención Osvaldo Racioppi se enteró el domingo al mediodía de lo que había sucedido el sábado a la madrugada y puso en conocimiento al juzgado de turno. Declaró que nunca nadie se comunicó con él para pedirle explicaciones o reclamarle que desista. De hecho, la justicia inicialmente convalidó que era una infracción aduanera, pero cuando el tema escaló dos días después, se abrió una investigación penal.

“Ricardo Echegaray no tuvo participación alguna por los hechos por los que fue requerido”, enunció Nicoletti que puso el énfasis en que tampoco era su función denunciar ante la justicia por la estructura organizativa de la Aduana y por el principio de confianza que rige el funcionamiento de organismos públicos. Hasta el propio Claudio Uberti, el extitular del OCCOVI que encabezaba la comitiva en la que llegó Antonini lo despegó al mencionar que cuando le comentó lo que había pasado, el extitular de la Aduana le dijo que el venezolano tendría que responder por lo que traía.

La defensa, sin la necesidad de rebatir una acusación pasó al plano reivindicativo al subrayar el “daño” que le había provocado a Echegaray ser involucrado a partir de 2018, cuando se lo llamó a indagatoria, en plena coincidencia con otras causas judiciales que entabló el macrismo en su contra. “No era necesario el debate para él”, afirmó la abogada retomando el guante de Agüero Vera que en su alegato aseguró que pese a que ocurre 16 años después era “necesario” que se llevara adelante.

De todas formas, celebró que el fiscal no “sucumbiera” ante lo que planteaban las instancias anteriores al juicio y lo diferenció de aplicar “derecho penal de autor” sobre su asistido, como dijo que ocurrió. Por lo demás, en lo formal pidió la absolución ya que “no hay conflicto que resolver” sin el impulso del Ministerio Público Fiscal. Al menos para Echegaray, el desenlace de este juicio ya es un capítulo cerrado.

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