«Pasión flamenca» (El ensamble). Baile: A. Fiuri, N. Spada, G. Aramburu, A. Camperi y otros. Guitarra: H. Romero. Cante: C. Montoya. Mús.: M. Aronson, R. González y otros. (Sáb. y dom. de enero, febrero y marzo. Centro Cultural Borges.)
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Con una carga energética muy alta que se prolonga a lo largo de los 90 minutos de duración, «Pasión flamenca» trae una vez más la danza visceral y arrojada de Alicia Fiuri y Néstor Spada, una pareja de bailarines argentinos adaptados con arte y firmeza al flamenco.
El amplio vocabulario dancístico de los gitanos de Andalucía encontró en estos dos brillantes exponentes nativos a genuinos recreadores de los tradicionales «palos». Las sevillanas, los tarantos, las farrucas, la soleá por bulerías se entremezclan con guajiras, colombianas, tanguillos y alegrías, conformando una estructura poco común y bella, que va desde los claroscuros dramáticos de las pasiones encontradas hasta la poesía hispana con sus requiebros y el gesto castizo.
El baile de Fiuri y Spada es tan atractivo que resulta difícil desentenderse de los sucesos que ocurren en el escenario, siempre iluminado con buen gusto. Brazos y manos caracoleantes, torsos cimbreantes y un zapateado de rítmica precisa se amalgaman en el complemento de hombre y mujer. Las cuatro bailarinas y los dos bailarines que sigue de cerca la fiesta de desplazamientos y giros respetan con disciplina los trazados de los maestros, elaborando un todo coherente y vibrante en vivencias folklóricas.
La decena de instancias que estructuran «Pasión flamenca» poseen en la música en vivo de la guitarra de Héctor Romero a un elemento fundamental del rango sonoro del show. La batería, el saxo, el bajo, las cajas confluyen en un rumor nervioso y cómplice de las cuerdas de Romero. A Claudia Montoya le importa menos desafinar algunas frases para rendir cuenta de un poder de comunicación intenso y de perpetua expresividad, algo que es casi tradicional en el cante gitano. Ante tanta audacia improvisada acerca del arte andaluz, vale la pena acercarse a esta «Pasión flamenca» que resulta una bocanada generosa y auténtica de formas artísticas ancestrales.
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