24 de mayo 2007 - 00:00
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La publicación de las nuevas fotos de Bolocco, difundidas esta semana en una revista de Miami, provocó que la Miss Universo chilena no asista a la próxima ceremonia de este certamen, en México, ni tampoco a un evento en el norte de Chile Estaba previsto que la esposa del ex presidente Carlos Menem asistiera a la ceremonia de Miss Universo 2007, que se celebrará el próximo lunes en Ciudad de México, e incluso se dijo que, coincidiendo con el 20 aniversario de su reinado, Bolocco recibiría una mención especial dentro del programa.
Sin embargo, la organización del concurso desmintió que la chilena estuviera acreditada en el evento, informó hoy el diario El Mercurio.
Por otra parte, la ex reina de belleza debía animar también una cena organizada por la institución benéfica "Hogar de Cristo" en la ciudad de Antofagasta (1.400 kilómetros al norte de Santiago) mañana por la noche, pero ayer se confirmó que Bolocco había sido reemplazada por otra animadora.
El "Hogar de Cristo", que acoge a niños de la calle, ancianos abandonados e indigentes enfermos terminales, fue fundado por el jesuita Alberto Hurtado, declarado santo en 2005
por el Papa Benedicto XVI.
Medios chilenos difundieron que Bolocco habría comprado a Ángel Mora las imágenes más fuertes que el "paparazzi" tomó en el jardín de la casa de la diva en Miami y que, por lo
tanto, solo se habrían publicado las más suaves.
De todas formas, fuentes cercanas a la chilena señalaron que Bolocco está analizando la posibilidad de presentar una querella contra los medios que publicaron las fotografías.
Mientras tanto, la polémica se ha trasladado a un debate sobre el derecho a la intimidad de las personas, que ha llegado también al mundo político.
Así, el presidente del socialdemócrata Partido Por la Democracia, Sergio Bitar, envió un comunicado en el que señaló que "hurgar con morbosidad en la vida privada de las personas traspasa el límite ético aceptable".
Esta semana, Bolocco no ha sido vista en público y ha evitado el acoso de la prensa de farándula que vigila su departamento en Santiago, una casa de veraneo de su familia en la playa y hasta los domicilios de algunos amigos, donde suponen puede haberse escondido.
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