7 de abril 2003 - 00:00
Divertida variante de comedia costumbrista
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Con su decidida apuesta al humor «El pánico» es, en cierta forma, una mordaz y divertida variante de comedia costumbrista, infiltrada con recursos provenientes del cine clase B. Este nuevo trabajo de Rafael Spregelburd tiene algunos puntos en común con «Gore» del director y dramaturgo Javier Daulte (actualmente en cartel). Ambos espectáculos utilizan la estética defectuosa y torpemente artesanal que caracteriza a las producciones de bajo presupuesto, pero ese recurso se transforma aquí en una excelente herramienta teatral ya que pone en evidencia la «falsedad» de lo que se está representando y, a la vez, supera el desafío de volver creíbles los hechos más disparatados.
Spregelburd escribió «El pánico» para un grupo de actores egresados de la Escuela Nacional de Arte Dramático, cuyo desempeño en la obra resulta muy auspicioso. Este es el quinto título que el autor dedica a su Heptalogía de Hieronymus Bosch, un compendio de siete obras basadas en los pecados capitales. Pero más allá de cualquier asociación de índole religiosa, la obra pone en primer plano una temática muy ligada al cine de terror: el miedo a los muertos y la resistencia de éstos a asumirse como tales.
Spregelburd es un experto en generar estructuras dramáticas donde lo caótico deviene en un montaje de estimulante dinamismo que nunca pierde legibilidad. A esto se suma un intenso trabajo actoral que aporta coherencia a las situaciones más desopilantes, burlándose de la moral, los estereotipos culturales y hasta del vacío existencial de estos seres mediocres y claramente reconocibles.
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