12 de julio 2009 - 20:04

«El ave negra»

El elenco, liderado por un formidable Mickey Rourke es una de las buenas razones para ver «El ave negra», festín para amantes del policial negro pese a su complicado proceso de producción.
El elenco, liderado por un formidable Mickey Rourke es una de las buenas razones para ver «El ave negra», festín para amantes del policial negro pese a su complicado proceso de producción.
«El ave negra» (Killshot, EE.UU., 2008, habl. en inglés). Dir.: J. Maden. Int.: M. Rourke, D. Lane, T. Jane, J. Gordon-Levitt, Rosario Dawson, H. Holbrook.

Bienvenido estreno para fans del policial negro

Según la novela de Elmore Leonard, el personaje de Mickey Rourke es un asesino a sueldo que, al ser traicionado por el mafioso que lo contrató, termina asociado con un desastroso delincuente de poca monta, todo lo contrario a un criminal profesional (personaje perfecto para el extrovertdo Joseph Gordon -Levitt). El asesino protagoóico tiene sangre india -le dicen Pájaro Negro- y una manera extraña de ser minucioso: su lema es «no involucrarse demasiado, no perder tiempo, y no cometer errores». Esta última regla es una especie de eufemismo de no dejar testigos

Ahí empiezan los verdaderos problemas para el matrimonio ya en crisis formado por la empleada de una empresa inmobiliaria Diane Lane y el obrero de la construccion Thomas Jane, que un mal día decide cambiar su vestuario metalúrgico por un saco y visita a su mujer en el trabajo justo para que los delincuentes lo confundan con el dueño del lugar, víctima de un extraño chantaje.

En estos términos, la trama parece formar parte de un policial escrito según las reglas más basicas, pero los personajes de Elmore Leonard, tanto las víctimas como los delincuentes, no se comportan necesariamente según esas reglas, y la trama tampoco se desarrolla de manera previsible dado que todo el relato está construido para que el azar intervenga y descarrile más las cosas.

Esta muy buena pelicula es toda una sorpresa, ya que por sus complicados antecedentes de producción se podía esperar lo peor. El proyecto empezó como una idea de Tarantino; en un momento fue pensado para directores como Tony Scott y Sidney Pollack, luego la dirigió John Madden (el de «Shakespeare apasionado», cuya única experiencia en el género eran algunos episodios de la serie inglesa «Inspector Morse») fue re-montada y re-filmada varias veces por exigencias de los productores, los hermanos Weinsten, que luego postergaron el estreno dos veces, la segunda vez esperando que Rourke gane el Oscar por «El luchador». Como eso no sucedió, tuvo un lanzamiento limitado en los cines estadounidenses, donde prácticamente sólo se conoció en dvd.

En la Argentina tenemos la suerte de poder verla en cine, algo que realmente vale la pena para disfrutar la excelente fotografía de Caleb Deschanel. Lo más interesante es la aproximación de Madden a la historia, cuidando las actuaciones de un elenco sin desperdicio hasta en los más pequeños detalles de los personajes secundarios (por ejemplo, el brillante Hal Holbrook tiene una sola escena inmejorable), y ni hablar de la tensión que genera el asesino que compone un Mickey Rourke en su mejor nivel actoral. Con su clima fatídico de principio a fin, y sus imprevisibles explosiones de violencia, este film maldito es todo un festín para los fans del policial negro.

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