Lo que le sucedió al pueblo Uru Chipaya es una de esas historias que no deberían ocurrir. Esta población indígena conformada por las comunidades de Puñaca Tinta Mariá, Vilañeque y Llapallapani se asentó hace miles de años en las orillas del Lago Poppó, el cual no solo fue su fuente de alimento y trabajo, sino que también definió su identidad como “Hombres del lago” (Qotzuñi, en la lengua originaria). Hasta que un día ocurrió lo impensado: las sequías inducidas por el cambio climático y un modelo económico extractivista llevaron a la desaparición completa de sus aguas en 2016.
"Hombres del lago": un documental para reflexionar sobre el cambio climático
Dos estudiantes argentinos documentaron las consecuencias de la sequía del segundo lago más grande de Bolivia que afectó a la comunidad que allí reside. Ámbito dialogó con Gastón Zilberman, uno de los realizadores.
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Lo que solía ser el segundo lago más grande de Bolivia, después del Titicaca, se convirtió en un extenso paisaje desértico salino. La comunidad, que vivía principalmente de la caza y de la pesca, se vio forzada a cambiar su estilo de vida. Muchos decidieron migrar a la ciudad y las familias que se quedaron debieron reinventarse.
El fotógrafo y realizador audiovisual Gastón Zilberman (23 años) documentó las consecuencias de la guerra en Ucrania en marzo del 2022 y la ayuda humanitaria tras un huaico en Perú a principios de este año junto a la ONG Cadena Internacional, en la que también participa activamente como voluntario. En busca de una nueva historia para contar, el destino lo llevó junto a Michael Salama (22 años) a Bolivia. “Un amigo me contó que su hermano, que estudia Historia y Ciencias Ambientales en la Universidad Princeton en EEUU, quería hacer su tesis de investigación sobre la comunidad Uru”, contó Zilberman a Ámbito, y agregó: “Al instante decidí viajar con él para realizar un proyecto documental”.
El documental Qotzuñi: Hombres del Lago, se proyectó por primer vez el pasado martes 19 en el Ecoparque de Palermo y es una muestra cruda de las consecuencias del cambio climático, que algunas personas insisten en negar, y que avanza a pasos agigantados.
Además de su experiencia en la documentación de problemáticas sociales y ambientales gracias a su participación en acciones humanitarias de la ONG CADENA, Zilberman (@gastizil) fue parte de la producción del documental en colaboración con National Geographic sobre el último tren de pasajeros a la Patagonia en funcionamiento, donde muestra la vitalidad de este transporte para muchas personas. Lo que más le apasiona de su trabajo en este tipo de proyectos es “mostrar realidades que de otra forma no son vistas”.
El principal objetivo del documental que realizó junto a Salama es "llevar esta historia al mundo", y lo lograron: publicaron una nota en EEUU, para Harvard, en Argentina y en Bolivia. Sin embargo, Zilberman considera que hace falta algo más: “Busco unir el concepto documental que aplica, por ejemplo, National Geographic, a la acción de la ONG de ayuda humanitaria. Combinar ese objetivo principal con brindar un servicio de ayuda a la comunidad para poder aportar en un impacto más inmediato”.
Cortometraje documental “Qotzuñi: Hombres del Lago”
En julio de este año, Zilberman y Salama se instalaron ocho días en Bolivia para llevar a cabo este documental: “Fueron días muy intensos de trabajo”. Más de cinco horas de contenido audiovisual quedaron reducidas en doce minutos que invitan a la reflexión. A partir de imágenes crudas, y con cierto aire poético, lograron un mensaje claro y contundente que trasciende la historia de la comunidad Uru y concientiza sobre el impacto de la crisis climática en la sociedad en general.
Los efectos del cambio climático se hacen cada vez más evidentes en todo el mundo. La proyección del documental tras el fin de semana de tormentas fuertes en gran parte del país, le da aún más relevancia a la historia que se cuenta. “La tormenta que vivimos, al igual que la ola de calor del año pasado, son advertencias que vamos teniendo, pero hay comunidades que viven las consecuencias del cambio climático hace más de veinte años”, reflexionó Zilberman.
Acercamiento a la comunidad Uru
“Desde un principio les dejamos en claro que queríamos dar a conocer su historia en el mundo”, señaló el filmmaker. Durante su estadía, los jóvenes estudiantes comieron y durmieron en el pueblo Uru: “Estar en la comunidad tenía que ser un híbrido entre participar y ser un observador. Ese compromiso de nuestra parte fue el que nos permitió que ellos se abran y poder filmarlos de una manera más genuina”.
En este documental, los Uru son los protagonistas y narradores de su propia historia. Don Rufino Choque, integrante de la comunidad, resume con una frase contundente el estrago que causó la sequía en la comunidad: “El lago era nuestra madre y padre. Ahora, somos huérfanos“.
Y es que con la desaparición del Lago Poopó perdieron una parte de su identidad como Qotzuñi: “La sequía nos dividió”, afirmaron en el documental. A pesar de esto, quienes se quedaron, lograron reinventarse y actualmente viven de la cosecha y las artesanías. Sin embargo, y aunque resulte imposible, la esperanza de que el lago se vuelva a formar sigue intacta.
Un hecho impactante de esta historia no aparece en la narrativa del documental y es que los propios hombres de la comunidad comenzaron a trabajar para las compañías mineras aledañas para poder subsistir, quienes fueron grandes responsables de la desaparición del lago debido a la contaminación y el uso desmedido de su agua. “Trabajan para los principales responsables de la extinción de su antigua fuente de vida y sustento (el lago)”, contó el joven.
El poder de la fotografía
Esta historia no fue contada únicamente a través del cortometraje, sino que Zilberman también capturó con su cámara imágenes que muestran la cruda realidad de las consecuencias: “La fotografía es mi herramienta para luchar contra la indiferencia a la crisis climática que empeora continuamente, y para incentivar a otras personas a accionar frente a esta problemática”.
“El trabajo realizado en Bolivia fue el primer paso de un proyecto audiovisual a mayor escala para poder documentar comunidades indígenas en Latinoamérica que se ven afectadas por el cambio climático e industrias contaminantes”, adelantó el joven fotógrafo.
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