El clarinetista Mariano Rey y la pianista Marcela Roggeri no solo coinciden en las iniciales de sus nombres, sino también en sus criterios musicales. El público tendrá oportunidad de comprobarlo en el refinado recital de cámara que ofrecerán en el Salón Dorado del Teatro Colón mañana a las 17.30. “París-Buenos Aires: un viaje musical” se titula este encuentro de dos grandes artistas argentinos, donde abordarán obras de Saint-Saëns, Satie, Poulenc, Aguirre y Piazzolla.
Imperdible viaje musical París-Buenos Aires en el Teatro Colón
Diálogo con el clarinetista Mariano Rey y la pianista Marcela Roggeri, quienes mañana ofrecerán un recital en el Salón Dorado con obras de Saint-Saëns, Satie, Poulenc, Aguirre y Piazzolla
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Marcela Roggeri y Mariano Rey: un viaje musical París-Buenos Aires
Dialogamos con ellos.
Periodista: ¿Cómo se conformaron como dúo?
Marcela Roggeri: Una invitación del Mozarteum Argentino nos reunió hace varios años, descubrimos que nos llevamos muy bien tocando juntos y nos pareció una excelente idea continuar como dúo.
P.: ¿Cuál es el recorrido del programa, tiene alguna línea directriz en especial?
Mariano Rey: Hay una variada gama de obras, algunas originales y también hay arreglos. Es un abanico interesante.
Roggeri: Este programa nace porque tengo dos patrias, una es Francia y la otra la Argentina. A pesar de haber vivido varios años en Londres y solo dos en París, tengo un lazo muy fuerte con Francia y su cultura, hablo francés desde muy chica, mi marido es francés. Además de eso, este año se cumple el centenario de la muerte de Erik Satie, un compositor que atesoro particularmente porque gracias a mi disco con sus obras fui nominada para el premio Victoire de la Musique y fui la primera argentina que ganó ese galardón. Este concierto incluye música de Satie, su contemporáneo Poulenc, también de Saint-Saëns, y el viaje musical nos lleva a mi otra patria, la Argentina, con Aguirre y Piazzolla. Los intérpretes no podemos casi nunca trabajar las obras directamente con el compositor, pero en este caso se dio con Pablo Aguirre, de quien estrenaremos Distancias.
P.: ¿Qué significa la música de cámara en sus carreras?
Rey: Es un género que implica poner en la mira por un lado el trabajo que uno ha hecho durante muchos años en cuanto a la técnica del instrumento, y por otro lado la forma de comunicarse con alguien. Hay un trabajo fino e individual que luego al juntarse se convierte en un solo discurso, produciéndose la creación de un nuevo sonido que proviene de los diversos instrumentos.
Roggeri: La música de cámara llegó a mi vida bastante tarde porque mi formación fue solista. He tocado mucho con mi maestro Bruno Gelber a dos pianos, lo que también se considera música de cámara, pero en realidad son dos solistas que tocan juntos, no es lo mismo que tocar con otro instrumento. Uno de los primeros músicos con los que hice música de cámara fue Pablo Saraví, gran violinista argentino, y para mí fue un descubrimiento. Además soy una persona muy gregaria, me gusta mucho compartir lo que hago.
P.: ¿Cómo ven a la vigencia de la música de cámara en la actualidad, tanto desde el punto de vista del público como de las nuevas generaciones de músicos?
Roggeri: Creo que la música de cámara en la actualidad está muy desarrollada, lo cual me da mucha felicidad, hay muchos cuartetos, quintetos, tríos de gente joven que se reúne y se conecta para hacer música. El trabajo de grupo que se hace regularmente es muy importante, porque se crea un espíritu de equipo que a veces los solistas no tenemos.
Rey: Todo es cíclico, y si hubo épocas en que la música de cámara dejó un espacio a otro tipo de estilos y de formatos, creo que hoy día vuelve a estar en un espacio de mucha importancia. Porque en este género nadie pasa desapercibido, somos solistas que hacemos que se escuche una sola línea sonora, y eso tiene un valor altísimo, en el resultado se ve el esfuerzo de ese trabajo. En las instituciones les enseñamos a los jóvenes a desarrollar su forma de comunicarse con otros músicos desde la música de cámara, así que en ellos el género está muy aplicado y muy grabado a fuego.
P.: Marcela, ¿cómo vivís ese diálogo entre Buenos Aires y París en tu vida diaria?
Roggeri: Sin ser muy nostálgica, trato de estar lo máximo posible en ambos lugares, a pesar de que viajo mucho y no puedo pasar todo el tiempo que yo quisiera en cada uno de ellos. Venir a la Argentina para conciertos es un placer enorme siempre, y París es una ciudad maravillosa, bellísima, en la que me gusta mucho vivir
P.: ¿Cuáles son sus futuras actuaciones?
Roggeri: Regreso a París casi inmediatamente después del concierto en el Colón, para tocar en el gran anfiteatro de La Sorbonne el Concierto para piano de Poulenc, y ya estoy preparando desde ahora la temporada que viene.
Rey: El próximo 22 de diciembre a las 19 tocaré y dirigiré un programa completo con la Orquesta del Congreso de la Nación, que incluye el Concierto para clarinete de Mozart -sin vientos, como se suele hacer mucho en Europa-, una obra de Roberto López en estreno mundial, y piezas de Ennio Morricone y Astor Piazzolla. Con Marcela estamos proyectando tocar juntos en España en 2026, pero muchas veces en razón de la distancia geográfica que nos separa organizamos más sobre las fechas lo que podemos hacer.
P.: ¿Hay proyectos discográficos en vista?
Roggeri: En breve sale mi CD nº 14, música de películas de John Williams con el flautista brasileño James Strauss, y tenemos también un proyecto con Mariano para el año que viene.
Rey: Hoy día se siguen haciendo discos pero de manera diferente. Los dos somos muy eclécticos, transitamos distintos estilos: yo hago tango o música popular o jazz, Marcela revive música no muy tocada. En conjunto estamos siempre en la búsqueda de nuevos materiales.
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