13 de abril 2006 - 00:00

"Inframundo: la evolución"

Kate Beckinsale: desde «Pearl Harbor» hasta hoy, la bella actriz no tiene mucha suerte con las películas que elige.
Kate Beckinsale: desde «Pearl Harbor» hasta hoy, la bella actriz no tiene mucha suerte con las películas que elige.
«Inframundo: la evolución» («Underwold: Evolution», 2006, habl. en ingl., húng. y fr.). Dir.: L. Wiseman; Guión: D. McBride, L. Wiseman, K. Grevioux; Int.: K. Beckinsale, S. Speedman, T. Curran, S. Broky, D. Jacoby, B. Nighy.

Pobrecitos los licántropos, encima de aguantarse las pulgas propias de todo cánido,y los piojos de cualquier mugriento, también deben soportar las mordeduras y cosas peores de los vampiros. Claro que algunos licántropos son de muy pocas pulgas, y nada piojosos a la hora de prepararse para la pelea.

Eso era lo que contaba la primera parte de esta historia, que ahora se continúa, y ya amenaza con una tercera. Puede que la tal amenaza no sea cierta, porque mientras la primera parte dejaba todo listo para una continuación, la que ahora vemos, que está realmente bien hecha para satisfacción de sus seguidores, parece cerrar todo redondamente, y no deja mayores dudas ni preguntas acerca de lo que puede pasar con los personajes de la historia.

Porque acá ya les pasa de todo, incluso cosas buenas, y resuelven casi todo, desde sus dudas existenciales hasta la justicia por mano propia y el futuro de las especies.

Manteniendo el nivel de fotografía, trucos digitales, y adrenalina, y agregando algo más de sexo y violencia (más de lo segundo, bastante gore, que de lo primero, que igual es bastante para los parámetros norteamericanos), la película muestra ahora cómo la protagonista, una vampira fuertecita de traje ajustado, que lo único que tiene de romántico es el nombre, descubre que lo que en la primera parte creía blanco, resultó ser negro, y viceversa, que los asesinos de su familia no eran los que ella pensaba, que así como ella busca un secreto, también es portadora de la clave para resolver otro secreto, y que el tipo que en la primera parte uno veía que era malo, es realmente malo.

Ah, también descubre que el ganso que la acompaña es, dentro de lo que cabe, bastante atendible. Con él tiene las escenas de sexo. Postdata para niños que (por error de sus mayores) vean esta película: la nena que hace de Selene cuando era chica, es la propia hija de la protagonista. Ya saben entonces cómo va a ser de grande.

P.S.

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