Barcelona - Ha empezado la era postapster. El servicio de intercambio de música gratuita en Internet, que fue neutralizado por la industria discográfica a mediados de año, ha sido sustituido ahora por centenares de servidores, portales y canales de chat, que utilizan una tecnología similar y que, además, han ampliado el intercambio de copias a las películas («El planeta de los simios» figura entre las más pirateadas), los libros y los programas informáticos. En muchos casos estos servidores presentan mejoras técnicas y, según los últimos datos, han logrado en conjunto igualar el volumen de descargas de música que tuvo Napster en su época de mayor éxito.
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Los últimos datos de Webnoize, una consultora especializada en la difusión de música en la Red, señalan que en agosto pasado cuatro de los servicios más importantes -FastTrack-Kazaa, Audiogalaxy, iMesh y Gnutella-intercambiaron algo más de 3.000 millones de ficheros -la gran mayoría de ellos de música-frente a los 2.790 millones de ficheros que se alcanzaron en Napster en febrero, su momento de mayor popularidad. Los nuevos servicios mejoran la rapidez de la transferencia de los archivos; ofrecen mayor información sobre su contenido y, en caso de interrupción en la transmisión, se puede retomar en el punto en que se cortó.
Pero una de las grandes novedades es que, a diferencia de lo que sucedía en Napster -que se relanzará con servicio de pago-, se pueden intercambiar todo tipo de ficheros. Estos nuevos servicios son difíciles de combatir por las empresas propietarias de los derechos de propiedad intelectual. A Napster se lo pudo controlar porque la sede de la compañía estaba en los Estados Unidos y porque la Red se basaba en una serie de servidores centrales. Pero los actuales servicios trabajan justamente en auténtica Red y, por tanto, sin servidor central. Por ello, el bloqueo de uno o centenares de ordenadores de los usuarios no evita que la Red siga operativa.
Es el caso de los servicios como Bearshare o LimeWire, que se basan en la tecnología Gnutella. Otros tienen su sede en países donde la legislación es distinta que en EE.UU. o donde los tribunales norteamericanos pueden tener más problemas para llegar. Es el caso de Kazaa, un servicio que rebasa habitualmente el medio millón de usuarios conectados simultáneamente y que se encuentra en Holanda, o Grokster, que está radicado en Nevis, una pequeña isla del Caribe.
Preferencias
Música. La inmensa mayoría de los inter-cambios se realizan en formato MP3, como en su día sucedía con Napster. Su calidad es cercana a la del disco compacto, aunque todavía se encuentra por debajo. En agosto se intercambiaron en los principales servicios 3.000 millones de ficheros, aunque el principal portal, Napster, está cerrado.
Películas. Ofrece mayores dificultades técnicas porque el tamaño de los ficheros informáticos es mucho mayor. Una película en formato DVD ocupa, en términos de almacenamiento informático, 4 gigabytes, y, utilizando programas de compresión, se puede reducir hasta 400 megabytes. Se trata de un tamaño excesivo para Internet, el intercambio requiere mucho tiempo y es imprescindible una línea de alta velocidad (cable y ADSL). En cualquier caso, la calidad de las películas es habitualmente baja.
Libros. Todavía marginal, el intercambio de libros está creciendo, especialmente de copias en inglés. En algunos casos se trata de copias de libro electrónico pirateadas.
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