NuevaYork (ANSA y ASN) -La guerra que transmite la televisión desde la lejana Afganistán resulta mucho más interesante que la producida en Hollywood, la gran fábrica de films bélicos que está sufriendo un duro golpe en las recaudaciones. Las bombas sobre territorio afgano están llevando a Hollywood a un difícil panorama y, por primera vez desde el 11 de setiembre, las boleterías de los cines tuvieron una afluencia de público desastrosa el pasado fin de semana.
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Las ofensivas desatadas por la amenaza terrorista se hicieron sentir también en los estrenos de películas. Por caso, Martin Scorsese decidió aplazar hasta la marzo de 2002 el estreno de «Gangs of NewYork», la superproducción que rodó en los estudios italianos de Cinecittá. «Gangs» con Leonardo DiCaprio y Cameron Díaz en los protagónicos, secundados por Liam Neeson y Daniel Day-L ewis, está basada en las guerras de bandas criminales en la Manhattan del siglo pasado.
La película se iba a estrenar en Estados Unidos el 21 de diciembre, a los efectos de que pudiera calificar para los Oscar. «Hemos decidido optar por la prudencia», dijo Harvey Weinstein, jefe de la productora Miramax, que financió el film. Miramax también tenía una comedia romántica, «Serendipity», de Peter Chelsom, con John Cusack y Kate Beckinsale, entre las que se estrenaron el fin de semana último, pero, según «Variety», fue una de las víctimas indirectas de los raid anglo-estadounidenses en Afganistán. Muchos espectadores prefirieron quedarse en casa en la tarde del domingo para mirar la guerra por televisión, agregó la publicación.
Las previsiones de los grandes estudios de Hollywood habían sido más optimistas: «Training Day», de Antoine Fuqua, con Denzel Washington y Ethan Hawke, producida por la Warner Bros, recaudó 22 millones de dólares, dos menos de las expectativas previas. En el policial, Washington encarna a un veterano agente que es destinado a la división antidrogas y trabaja con un novato, Hawke, y se refleja el tema de las internas y la corrupción en la institución. «Serendipity», que salió segunda, recaudó 13 millones de dólares, 700 mil dólares por debajo de lo previsto.
El impacto de los ataques a objetivos afganos también tuvo una repercusión en el estado de ánimo de varios divos. Drew Barrymore en el Four Season Hotel de Los Angeles, la estrella de «Riding in Cars with Boys», de Penny Marshall, había citado para el domingo a unos sesenta periodistas para publicitar su film pero, una vez frente a los micrófonos, vivió una crisis nerviosa. «Quisiera regresar a casa, no me parece que nadie tenga ganas de escucharme», dijo la actriz que rompió en llanto en medio de la entrevista.
«Me siento increíblemente fuera de lugar. Nunca debí trabajar en tiempos de guerra. Encontrarme frente a ustedes me resulta humillante e incómodo: nuestros films parecen una tontería en momentos como estos», agregó. Pero el director Marshall, un veterano del show business, insistió en la importancia de que Hollywood continúe su trabajo.
«El alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, nos pidió que vayamos a Nueva York para el estreno y lo haremos, porque nos necesitan. Tienen necesidad de distraerse de todo lo que está sucediendo», dijo a los periodistas, para compensar la crisis de nervios que había sufrido su actriz.
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