16 de agosto 2007 - 00:00

"Reyes de las olas"

Decididamentemejor que«Happy Feet» entodo sentido,además de suhistoria sencilla ycon moraleja paralos chicos,«Reyes de lasolas» parodiainteligentementea los canalesdeportivos decable.
Decididamente mejor que «Happy Feet» en todo sentido, además de su historia sencilla y con moraleja para los chicos, «Reyes de las olas» parodia inteligentemente a los canales deportivos de cable.
«Reyes de las olas» («Surf's Up», EE.UU. 2007, dobl. al español). Dir.: A. Brannon y Ch. Buck. Guión: L. Addario, Ch. Darren, D. Rhymer, J. Siracusa. Film animado.


Los pingüinos inventaron el surf. Eso es lo que acá se afirma, tomando como testimonio el viejo cuadro de Katsushika Hokusai «Gran ola Kanagawa», al que se le han agregado unos pingüinos sobre tablas, dispuestos a pasar por el tubo. Y no es ése el único dato. Por ahí, por esa alegre falsificación, va el costado más original de esta película. Lo otro es bastante previsible, y muy hablado, aunque también tiene lo suyo.

De hecho, es decididamente mejor que «Happy Feet», empezando por una banda de sonido más soportable, que incluye «Urubú no telhado» y otros temas a modo de cortina, pero no es para los más chicos. Estos podrán seguir la historia, que cuenta la gran aventura de un pingüinito adolescente en un campeonato hawaiano de surf para pingüinos, pero se van a perder los comentarios, porque la cosa no sólo se cuenta, sino que se comenta, entremezclando recursos propios de los canales deportivos de cable.

Así, cada tanto, como si fuera un especial televisivo, vemos al héroe contando a cámara su experiencia, alternando con recursos típicos de esos programas, como el replay, o la reunión de tomas sacadas desde diversos ángulos para analizar un movimiento, pero, sobre todo, con ocasionales inserciones de otros testimonios (la mamá, el hermano mayor que siempre lo denigra, el promotor, que es un bicho de otra especie, parecido a Don King, movileros que hablan a estudios en pantalla dividida, etc.). En pocas palabras, esto lo van a apreciar mejor, por ejemplo, los seguidores de ESPN, que aparece amablemente parodiado. Pero también son apreciables las enseñanzas que surgen del propio asunto, ahora que el relato deportivo va reemplazando al poema épico en cuanto a formación del individuo. A señalar, la escena en que el chico ansioso aprende a tener paciencia y hacer debidamente su propia tabla, el choque de conceptos entre juego y competencia (el malo de la película define su soledad, al decir fanfarronamente «un ganador es un tipo que se siente bien rodeado de perdedores»), y, también, frente al facilongo y exitista consejo de « sigue tu camino», la réplica del veterano que dice simplemente «me rendí, ése es mi camino».

Atención apostadores, a un inesperado -y quizá- medio fumado pollo de Wisconsin, que puede estar en las finales. Atención, asimismo, a los muy buenos dibujos de movimiento acuático (no por nada los productores son expertos en fx visuales). En la dirección, Ash Brannon, codirector de «Toy Story 2», y la veterana Chris Buck, ocasional responsable de las series animadas «Tarzán» y «Family Dog».

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