17 de febrero 2021 - 00:00

Alerta en Rosario por el estado del Museo Castagnino + Macro

Es el segundo más importante del país. El proyecto de mejoras fue aprobado en 2019, pero aún no se ejecutó.

Museo Castagnino. La emergencia económica por la pandemia llevó a paralizar el proyecto de remodelación.

Museo Castagnino. La emergencia económica por la pandemia llevó a paralizar el proyecto de remodelación.

El proyecto de ampliación y remodelación del Museo Castagnino + Macro de Rosario estaba cancelado cuando las goteras que cayeron en las salas de exhibición, a raíz de las últimas lluvias, llevaron nuevamente el tema a los titulares de la prensa local. Dada la importancia de sus valiosas colecciones, el Castagnino es el segundo gran Museo de la Argentina y el primero cuyo edificio se construyó específicamente para albergar el arte. Pero hoy, literalmente, el museo hace agua. Una pintura con los agujeros que le dieron fama internacional al rosarino Lucio Fontana (1899-1968), debió ser retirada de la sala de exposición. El agua amenazaba el “Concetto Spaziale” del artista, que alcanzó en Londres el récord de 22,1 millones de dólares con una tela perforada cuyo título y configuración estética se asemeja a la del Castagnino.

Empeñados en ampliar un Museo fundado en 1937 y con severas carencias de espacio, a fines de 2019 los miembros de la Fundación Castagnino, con el apoyo municipal y provincial, recaudaron 4,1 millones de pesos en una noche. En 2020, las obras de ampliación anunciadas en la puerta del Museo con grandes carteles apenas habían comenzado cuando se desató la pandemia. El 23 de diciembre pasado, el gobierno provincial rescindió el contrato de ampliación, ya que estimó que la obra “no es prioritaria”.

Consultado sobre el futuro del Museo, el ministro de Cultura santafesino, Jorge Llonch, señaló: “El Museo Castagnino está en la órbita de la Municipalidad de Rosario, debería consultar a sus responsables. Entiendo su preocupación, pero son ellos los que deciden qué obra hacer y cuál no”. Al recordarle que, en este caso especial, la provincia iba a apoyar el proyecto, Llonch preguntó: “por qué no lo hicieron y por qué la anterior administración lo postergó cuando el mundo estaba libre de pandemia. Dos años pasaron desde la licitación al final de gobierno”.

En diálogo con este diario, la presidenta del Concejo Deliberante, María Eugenia Schmuck, observó: “Con la caída de la ampliación, el museo tiene problemas con el depósito, pero no está deteriorado. Se debe ampliar la capacidad y cuidar el estado de las reservas para guardar las obras”. El Castagnino posee 3.800 obras desde fines de la Edad Media hasta la modernidad, más las 900 contemporáneas que posee el Macro y que demandan restauraciones y cuidados muy específicos por la naturaleza inestable de los materiales. Además, el Museo es dueño de una de las mayores colecciones de grabados históricos y obras sobre papel cuya fragilidad demanda ambientes climatizados. La ampliación implicaba agregar 3.817 metros cuadrados a los 2.654 existentes.

El secretario de Cultura y Educación municipal, el artista y gestor Dante Taparelli, le restó gravedad al incidente de las goteras. Cuenta que el techo vidriado sobre la sala de doble altura tiene una rejilla que se tapó. “Fue un accidente y se corrió un riesgo, pero no hubo ningún deterioro de obras. El Castagnino es muy estricto con la conservación del patrimonio. Y este episodio se cruza justo con la suspensión de la ampliación. En mi opinión personal, en medio de la catástrofe de la pandemia, ampliar un museo, por importante que sea, no habría sido coherente frente a la sociedad. Supongo que en el futuro se retomará el proyecto. Esto es circunstancial, todos nos acostumbramos a las nuevas formas. Pero en Rosario se preservan los museos”. Consultado sobre la determinación tan drástica de cancelar toda la obra, en vez de permitir el avance en menor escala, sobre todo, cuando rescindir el contrato con los arquitectos significa tener que pagarles, observó: “Si. Había posibilidades intermedias, pero no dependían del municipio. No obstante, la ampliación del Castagnino es el norte de la gestión y cuando pase esta tragedia el proyecto se retomará. La necesidad está siempre presente, porque la colección se amplía permanentemente”. Finalmente, afirma que el cuadro de Fontana estaba a cinco metros de la gotera.

Entre las obras más cotizadas del patrimonio del Museo figura la de Fontana. Y causa asombro que su valor exceda largamente el costo total de la obra de ampliación, presupuestada en 270 millones de pesos en 2019. En subastas y la feria Frieze se vendieron sin titubear 21 cuadros, muchos con telas rasgadas y perforadas, por alrededor de 55,6 millones de dólares. Hace dos meses, en Nueva York, una tela roja con agujeros como la del Castagnino, superó los 8 millones de dólares. Si bien los museos rara vez venden sus tesoros, los cuadros de Fontana cambiaron el rumbo del arte del siglo XX y bien merecen un cuidado especial. Además y más allá del cuidado de estos tesoros irrecuperables, durante los momentos críticos, la gente necesita más que nunca la gratificación que brindan los museos, santuarios del nuevo siglo.

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