La noticia sobre la precaria situación edilicia del Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino de Rosario, y las amenazantes goteras que durante las filtraciones provocadas por las últimas lluvias, pusieron en riesgo una pintura del célebre y cotizado maestro Lucio Fontana, cayeron pronto en el olvido. Los defensores de retomar la imprescindible obra de ampliación y remodelación del segundo Museo en importancia de nuestro país confían todavía en la posibilidad de reencauzar el proyecto. Tal vez con un ritmo menos ambicioso. El miércoles próximo los miembros de la Asociación Amigos se reunirán con el secretario de Cultura de la Ciudad de Rosario, Dante Trepanelli. Le recordarán que la obra ya licitada en 2019, anunciada y demorada por la pandemia, no es un capricho que los socialistas dejaron sin resolver, como repite el gobierno santafesino cuando dice que “no es prioritaria”. En algún momento debe continuar.
Rosario: anuncian restauración del Museo Decorativo Estevez
Los trabajos, que se iniciarán en 20 días, estarán a cargo de privados y el Estado.
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Entretanto, la situación del Museo de Arte Decorativo Firma y Odilo Estevez de Rosario es un misterio para los propios rosarinos. La institución fue fundada con el fin de preservar y exhibir el rico patrimonio que reunió el empleado de una firma yerbatera que terminó liderando el negocio. La prosperidad de este inmigrante gallego le permitió reunir la estupenda colección de arte que, en 1968, su mujer, Firma Mayor de Estevez, legó a la ciudad junto con la casona que la alberga, en memoria de su marido. Allí está la pintura original de Goya catalogada por el Museo del Prado que, al igual que las de David y la de Boucher, tiene su legajo. El Murillo, robado y recuperado por Interpol en el año 2018, es una obra atribuida al artista, del mismo modo que un Sánchez Cohelo y varias pinturas que deben ser estudiadas. A la importante pinacoteca se suma un amplio abanico de objetos decorativos y muebles de época.
La casona es una rareza. Tiene la medianera de adobe que se remonta a fines del siglo XVIII y principios del XIX y se considera la más antigua de Rosario. El frente, por el contrario, está tallado en su totalidad en mármol de Carrara. Y en el interior se suceden los patios y habitaciones. Cada compra del matrimonio estaba destinada a ocupar un lugar especial y se exhiben en el espacio para el cual fueron elegidos. Ubicada en el centro histórico, la casa estuvo cerrada durante estos últimos cinco años; la sala de exposiciones otros cuatro hasta que la restauraron; la loggia dos años, y el mirador se mantuvo en pie durante una década gracias a un apuntalamiento.
La actual directora del Estevez, Analía García, llegó hace 13 años a la institución y cuenta que desde entonces se repite la historia: “las aperturas y cierres”. Recién confirmada la próxima restauración, García no oculta su emoción y anuncia: “Estoy feliz. Dentro de 20 días comienzan las obras, los planos ya fueron aprobados por la Comisión de Monumentos y Museos Históricos”. Agrega que la iniciativa para resguardar el Museo es pública y privada. La Constructora SMR, una empresa privada, se ocupará de la restauración de los desagües pluviales (porque dentro del Estevez también llueve); mientras el Municipio tiene a su cargo la restauración artesanal de los pisos de roble de Eslavonia.
A pesar de esta buena noticia, lejos están todavía el Ministerio de Cultura de la provincia de Santa Fe y de la Municipalidad rosarina de comprender la responsabilidad que les cabe. Si bien ante la gravedad de la pandemia el cuidado del Museo Castagnino fue dejado de lado por ambos gobiernos, de ningún modo pueden desentenderse de los tesoros artísticos que integran el patrimonio argentino. Se trata de un bien común, representativo de nuestra identidad y riqueza cultural. Su cuidado resulta inevitable y todos somos responsables frente a la desidia.
Extrañamente, en medio de este debate, el secretario de Cultura municipal, anunció la creación de un nuevo Museo, dedicado al Inmigrante. No estableció todavía la fecha de apertura, pero informó que tendrá 400 metros cuadrados “con características constructivas magníficas”, en el histórico edificio de la Aduana. Con sus imponentes líneas de estilo francés, la Aduana está ubicada en la bajada Sargento Cabral, en medio del centro histórico. El proyecto consiste en sumar otro museo en el mismo barrio del Estevez, con el objetivo de que la nueva institución consolide -según Trepanelli-, a la ciudad de Rosario como un atractivo centro para el turismo. La gente de la cultura rosarina no termina de entender de dónde provendrían los fondos y cuál es el criterio que lo inspira. Consultado por este diario el secretario de Cultura acerca de la financiación y la fecha de inicio del nuevo proyecto, aún no respondió las preguntas.
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