El amplio triunfo del oficialismo en las elecciones legislativas de octubre echó por tierra hasta los pronósticos más optimistas y dotó al gobierno de Javier Milei de una inusitada fortaleza política de cara al final del actual mandato. Ese capital, sin embargo, convive con importantes desafíos en el plano económico y financiero, pese a la euforia bursátil y a la baja del riesgo país.
Riesgo país: a qué nivel debería caer para que la Argentina retorne al mercado de deuda, según la city
El Gobierno llega a fin de año con aires renovados en el plano político, pero con la atención puesta en cerca de u$s26.000 millones en vencimientos de deuda previstos para 2026.
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El mercado celebró el acuerdo con EEUU: las acciones saltaron hasta 27,2% y el S&P Merval cruzó los 2.000 puntos
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El S&P Merval en dólares anotó su mayor caída en un mes y el riesgo país se consolidó arriba de los 600 puntos
El ministro Luis Caputo se refirió a la necesidad de acumular reservas para mejorar el balance del BCRA.
Ya en agosto pasado, Ámbito anticipó que la city esperaba un triunfo de La Libertad Avanza (LLA) en los comicios, pero la magnitud de la victoria electoral sorprendió a propios y extraños, y a un mercado local que vio con buenos ojos la inmediata actitud de apertura que mostró el propio Milei con los gobernadores para buscar apoyos a su pesada agenda de reformas laborales y tributarias.
Con ese telón de fondo político, el mercado comenzó a preguntarse cuál es el nivel de riesgo país que permitiría reabrir el acceso al financiamiento voluntario. Y, según distintos analistas consultados por Ámbito, el umbral clave para que la Argentina vuelva al mercado internacional de deuda se ubica entre 400 y 500 puntos básicos, un rango que dependerá de la estabilidad cambiaria, la acumulación de reservas y la estrategia de refinanciamiento que defina el Gobierno.
La preocupación no es teórica: la necesidad de financiamiento es inminente. Tan solo en 2026, el Estado argentino debe afrontar cerca de u$s26.000 millones en vencimientos de deuda, de los cuales unos u$s11.000 millones corresponden a pagos de intereses y Bopreales, que, a priori, deberían pagarse con ahorro y no tomando nuevas obligaciones. Todo esto ocurre con un Banco Central (BCRA) que mantiene en torno a u$s12.000 millones de reservas netas negativas.
En las últimas horas, el ministro de Economía Luis Caputo se refirió a la prioridad de acumular divisas en este contexto para mejorar el balance del BCRA, pero deslizó que hay nuevas opciones a la hora de afrontar los vencimientos sin tener que hacer uso de las reservas, y destacó que esas dos agendas -la de compra de dólares y la de financiamiento de deuda- se administran por separado.
Pese al frente político despejado, desde Criteria entienden que la insistencia del Gobierno en mantener el actual esquema cambiario, con un tipo de cambio sobre el fleje de la banda superior, incrementa las dudas sobre la lógica de mediano plazo del esquema actual ante la prioridad de acumular reservas.
En ese sentido, remarcan que los vencimientos de corto plazo mantienen la presión sobre las expectativas, que solo en enero del próximo año suponen cerca de u$s5.000 millones, y que la falta de señales claras “refuerza la sospecha de que el Gobierno apuesta a que dicha acumulación se vuelva innecesaria” en caso de reabrir el acceso a los mercados internacionales antes de tiempo.
Por otro lado, se debe tener en cuenta que el escenario internacional empieza a mostrar algunos ruidos financieros desde EEUU, devenido ahora en el gran socio de la Argentina tras lo que fue el salvataje cambiario preelectoral y la reciente confirmación del acuerdo comercial.
"El riesgo país parece ir en la dirección correcta"
Este viernes, el riesgo país se ubicó apenas por encima de los 600 puntos básicos (pb) y supone 400 pb menos del nivel previo al fin de semana electoral, algo que sin dudas lo vuelve a poner a tiro para regresar al mercado. “Aun cuando el retorno al financiamiento voluntario todavía no es un hecho, el curso parece ir en la dirección correcta”, señala el informe de Criteria.
Riesgo país en relación al promedio de los gobiernos anteriores.
Al respecto, el Head of Research de Criteria, Gustavo Araujo, aseguró a este medio que el mercado ahora busca un nuevo evento o cambio para mover los precios. “Aunque la situación parece calmada, aún hay mucha incertidumbre en el aire”, añadió. En esa línea, resaltó que, de lograr reducir el riesgo país a los niveles de años anteriores, hay “un amplio espacio para que los activos argentinos crezcan y los índices sigan mejorando”.
En la misma línea, el director de Asset Management de Criteria, Nicolás Max, sostuvo que “es discutible” el nivel de riesgo país que necesita el Gobierno para salir al mercado, pero que de consolidarse en una marca cercana a los 400 pb, parecería un escenario seguro. “En 500 pb deberías salir al mercado con algún ‘sweetener’ (incentivo extra) para canjear vencimientos de corto plazo”, agregó.
La apuesta del Gobierno para reducir el riesgo país
El director de Economía de Fundar, Guido Zack, sostuvo en diálogo con Ámbito que “acumular reservas da certezas acerca de los pagos de deuda” y que esto traería consigo una reducción adicional del riesgo país que colaboraría con el acceso a mercados. En los últimos días, el Tesoro volvió a hacerse de dólares para fortalecer los activos externos.
“El Gobierno apunta a no seguir pagando la deuda con reservas, sino a refinanciarla, preferentemente en el mercado”, explicó. Recordó, además, que existen otros mecanismos como los swaps con China y EEUU. De acuerdo con Zack, el Ministerio de Economía se encuentra enfocado en “dejar la acumulación de reservas para el manejo de la política monetaria y cambiaria”.
Consultado por Ámbito, el economista Federico Glustein consideró que, de situarse el riesgo país en un nivel que ronde los 500 pb, se trata de una “excelente oportunidad” para la Argentina, pero aclaró que el indicador debe permanecer estable en torno a esa cifra, ya que en 600 pb se podría retornar al mercado, pero la volatilidad no acompañaría.
Glustein cree necesario que se disipe el panorama del pago de obligaciones inmediatas y mantener la estabilidad cambiaria, sumado a una vuelta al crecimiento de la economía. “Eso, en cierto aspecto, ayudaría a tener las condiciones aceptables para retornar a los mercados sin pagar excesos o coberturas que suelen encarecer el endeudamiento”, concluyó.





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