Los refugios de montaña de Bariloche son destinos imprescindibles para quienes persiguen nuevas experiencias en entornos completamente naturales y necesitan tomar distancia de lo cotidiano.
Bariloche: los refugios de montaña más asombrosos
Una experiencia para aventureros expertos y principiantes. En entornos completamente naturales están pensados para subir, dormir una noche en el refugio y descender al día siguiente.
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Dormir una noche en un refugio de altura en Bariloche, puede ser una experiencia inigualable.
Siete de los refugios más imponentes de la Patagonia se erigen en Bariloche, arriba de los 1.400 metros sobre el nivel del mar, donde comienza la vegetación de alta montaña.
"Todos los refugios están ubicados en lugares que fueron elegidos por la gente, porque eran muy transitados y eso obligó a poner supervisión. Son lugares hermosos y la travesía está pensada para subir, dormir una noche en el refugio y descender al día siguiente o continuar hacia otro refugio", cuenta a Télam Juan Pablo Ordóñez, presidente del Club Andino de Bariloche (CAB).
Los refugios Emilio Frey (laguna Toncek), San Martín (laguna Jakob) y Manfredo Segre (laguna Negra), administrados por el CAB, más el refugio López, gestionado de manera privada, configuran una de las principales aventuras de Bariloche que incluye el recorrido por los cuatro albergues sin bajar a la ciudad.
El club, además, gestiona los refugios Otto Meiling, Laguna Ilón y Agostino Rocca -conocido como Paso de las Nubes- a los que se llega tras extensas picadas desde Pampa Linda.
"La caminata de los cuatro refugios implica pasar por cada uno de ellos en forma secuencial. Cada persona lo hace a su ritmo, sin apuros. La idea es cruzar de un refugio a otro sin bajar, manteniéndose siempre en altura, y lo habitual es comenzar por el Frey, seguir por Jakob, Segre, López, descender hasta la base del cerro y, luego, por camino de auto hasta Colonia Suiza", explica Ordóñez.
Si se trata de una persona que recién se inicia en la montaña, sugiere subir a un refugio, dormir allí y bajar al día siguiente.
Además de la extraordinaria belleza de los paisajes de bosque alto de coihues que motorizan los sentidos desde colores, aromas y sonidos propios de la naturaleza, cada refugio ofrece una experiencia insuperable en algún aspecto.
Ordóñez revela que "la satisfacción de haber puesto un objetivo, de hacer cumbre o haber llegado a un refugio y la sensación de logro es parte de lo que me alienta a volver a la montaña".
Refugio Manfredo Segre o Laguna Negra
El punto de partida al Segre está muy cerca del puente del arroyo Goye, pasando Colonia Suiza, un pintoresco pueblo a 24 kilómetros de Bariloche que es visitado por sus populares curantos, la cervecería, sus playas públicas y la feria artesanal.
El sendero tiene unos 10,5 kilómetros y 800 metros de desnivel. Tras un primer ascenso, el camino se fusiona a otro de autos que está invadido por pinos, se cruzan cañadones de arroyo y se llega a una zona amplia dentro del bosque, llamada Rancho Manolo. Desde allí, el desnivel empieza a incrementarse lentamente.
Los últimos kilómetros de caminata pueden ser una lucha para los principiantes. Ya no hay árboles que bloqueen los rayos de sol ni arroyo para refrescarse y el camino presenta una mayor inclinación hasta el segmento de piedras sueltas en forma de caracol.
"Gran parte del sendero va al costado del arroyo y la combinación de agua con el bosque es hermosa. En la última parte, cuando se asciende por los caracoles y aparece enfrente cerro Negro y al lado del cerro esos paredones, entendés por qué se llama Laguna Negra", resalta Ordóñez.
Refugio San Martín
El sendero al refugio San Martín, una moderna construcción de piedra y madera que vigila la laguna Jakob, comienza en el tambo Báez, ubicado en la RP70, a un kilómetro del puente vial sobre el arroyo Casa de Piedra del camino viejo a Colonia Suiza.
"Es el refugio más alejado, tiene 18 kilómetros y un desnivel de 800 metros. Es nuevo, porque se tuvo que reconstruir tras el incendio de 2017, así que tiene un gran confort y vistas a Punta Refugio, a los cerros Cuernos del Diablo, Cella, Constructores y Brecha Negra", repasa brevemente el representante del CAB.
Refugios Emilio Frey (Laguna Toncek)
Para llegar al refugio Frey, una acogedora construcción de piedra y techo de tejas, se deben recorrer 700 metros de desnivel en unos 10 kilómetros que inician en la playa de estacionamiento de la base del cerro Catedral o en el camping del guardaparque del Lago Gutiérrez, en Villa los Coihués, aunque esta picada es un poco más extensa y pronunciada.
"La característica especial que tiene este refugio son las agujas del Frey, es un clásico para los escaladores de roca. Tiene cientos de rutas de escalada, así que siempre hay un grupo de escaladores en el refugio. Pero aún, para los que no van a escalar, las agujas del Frey tienen un atractivo especial por lo hermoso de la vista desde el refugio y su reflejo en la laguna", relata Ordóñez.
Refugio López
El refugio López es el más accesible de todos, comienza en el kilómetro 22,5 del Circuito Chico y se alcanza tras un trekking de unos 11 kilómetros.
"Se puede subir y bajar en el día cómodamente. Tiene una vista extraordinaria del lago Nahuel Huapi, porque es el único de los refugios que mira directamente al lago", admite.
Para reservar alojamiento en los refugios es necesario ingresar a www.clubandino.org y para mayor información sobre las conexiones entre refugios y dificultades acceder a www.barilochetrekking.com.
En todos los casos, es obligatorio completar el registro de trekking en www.nahuelhuapi.gov.ar.
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