Un equipo de neurólogos comprobó que la tirzepatida, uno de los fármacos adelgazantes más potentes, logra disminuir la actividad en la región cerebral que genera placer y antojos. La investigación, realizada en pacientes con obesidad severa y trastorno por atracón, marca la primera evidencia directa en humanos de este tipo de efecto.
Científicos demostraron que un reconocido fármaco para adelgazar apaga el "circuito del placer" en el cerebro humano
Un estudio registró cómo un reconocido medicamento reduce la actividad neuronal asociada al deseo compulsivo de comer.
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El estudio analizó directamente la actividad cerebral de cuatro pacientes con obesidad severa.
Los investigadores estudiaron la actividad cerebral de cuatro personas con obesidad que se sometieron a una intervención invasiva con electrodos para estudiar sus episodios de atracones. Una de ellas estaba en tratamiento con tirzepatida, lo que permitió observar cómo el medicamento actuaba en tiempo real sobre el núcleo accumbens, zona clave en la recompensa y la motivación.
La tirzepatida mostró efectos inmediatos en la región del cerebro asociada al placer.
El estudio, realiado por Neurólogos de la Universidad de Pensilvania y publicado en Nature, detectó que el fármaco suprimía las señales delta-theta, asociadas a la preocupación intensa por la comida y a los impulsos incontrolables. Esa disminución coincidió con una baja de antojos y una pérdida de peso. “Ahora podemos comenzar a entender qué están haciendo los medicamentos en esta región del cerebro”, explicó Casey Halpern, autor principal del estudio.
Cómo engañan al cerebro estas nuevas medicaciones
La investigación respalda una hipótesis que ganaba fuerza: estos compuestos modifican la respuesta neuronal relacionada con la comida. Los análogos de incretinas funcionan imitando hormonas como GLP-1 y GIP, responsables de avisarle al cerebro que el cuerpo ya recibió alimentos. En personas con obesidad, esa señal no funciona de manera eficiente.
“Andreea Ciudin señala que estos medicamentos “engañan a tu páncreas y a tu cerebro diciéndoles que ya has comido, dando una sensación de saciedad eterna”. Las versiones más nuevas, como la tirzepatida, combinan ambas incretinas y elevan la pérdida de peso a niveles récord.
Los investigadores publicaron sus resultados en la revista Nature Medicine.
Un campo terapéutico que se expande
La intervención permitió observar algo que antes solo se había visto en animales o estudios estadísticos. En este caso, la tirzepatida redujo directamente la actividad ligada al deseo compulsivo. Halpern destacó que “esta rara oportunidad de estudiar la fisiología subyacente de los agonistas en el cerebro podría no repetirse”.
El trastorno por atracón, reconocido como enfermedad mental en 2013, afecta aproximadamente al 3% de la población adulta. Comprender su base biológica podría transformar los tratamientos actuales. Para Ciudin, este avance abre una puerta mayor: “Esto también puede suponer una revolución en el campo de la salud mental, trastorno de conducta alimentaria y adicciones”.
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