Dos visiones negativas del país difundieron ayer el Departamento de Estado norteamericano y la ONU en materia de derechos humanos de los que el gobierno parece no preocuparse porque quizás están ajenos a las ideologías.
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Por un lado, la administración Bush mantuvo a la Argentina en la «lista de vigilancia» de naciones donde no se combate el tráfico de personas. En cambio, decidió quitar de esa calificación a Bolivia y Brasil, dos países que a priori pueden suponer menores controles en cuanto a personas que son raptadas, por ejemplo, para forzarlas a prostituirse, la principal causa del tráfico. La Argentina quedó así sólo por encima de naciones como Cuba (considerada hoy como un verdadero paraíso del turismo sexual) y Corea del Norte.
En tanto, la ONU alertó por la explotación laboral y doméstica que sufren en el país especialmente las jóvenes menores de edad.
Según Felipe Martínez, expertode la organización, las áreas rurales «por su aislamiento, son las de mayor riesgo para la infancia». Lo señaló durante un encuentro realizado en Buenos Aires con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil.
El 2,8% de los niños de entre 5 y 13 años que trabajan en la Argentina no asiste al colegio, cifra que se eleva a 10% en el ámbito rural, según la encuesta gubernamental sobre las actividades de infantes y adolescentes.
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