La solidaridad no es una palabra vacía ni un gesto pasajero: es una práctica que puede transformar realidades. En Argentina, cada 26 de agosto se celebra el Día de la Solidaridad, un espacio para reflexionar sobre la ayuda al otro y recordar a una figura que trascendió fronteras con su ejemplo: la Madre Teresa de Calculta.
Madre Teresa de Calcuta: el nombre de la Solidaridad
Cada 26 de agosto Argentina recuerda a la Madre Teresa, símbolo de entrega y compasión, con el Día Nacional de la Solidaridad.
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Cada 26 de agosto, se celebra el Día de la Solidaridad en conmemoración de la Madre Teresa de Calcuta.
La Madre Teresa había nacido un 26 de agosto en Macedonia del Norte y su labor con los pobres y los enfermos la volvió mundialmente reconocida como un faro que todavía hoy inspira a millones de personas, creyentes o no, a tender una mano en tiempos difíciles.
Cuándo fue instituido el Día de la Solidaridad
En Argentina, el Día Nacional de la Solidaridad se estableció en 1998 mediante el decreto presidencial n.º 982, al cumplirse el primer aniversario del fallecimiento de la Madre Teresa. La fecha elegida, el 26 de agosto, recuerda su nacimiento en 1910 en Skopie, actual Macedonia del Norte.
La intención de este día es promover una ciudadanía más activa y comprometida con los demás, no solo a través de grandes acciones sino también con gestos cotidianos: compartir el tiempo, acompañar a quien atraviesa una necesidad o simplemente escuchar.
Además, desde el año 2000 se entrega en el país el premio Madre Teresa, que distingue iniciativas sociales y busca alentar a jóvenes y adolescentes a involucrarse en causas comunitarias. En paralelo, a nivel internacional existe otra efeméride vinculada al tema: el Día Internacional de la Solidaridad Humana, instaurado por Naciones Unidas y celebrado cada 20 de diciembre.
Quién fue Teresa de Calcuta
Nacida como Agnes Gonxha Bojaxhiu, decidió consagrar su vida a la fe a los 18 años, cuando ingresó a la congregación de las Hermanas de Loreto. Poco después adoptó el nombre Teresa en honor a Santa Teresa de Lisieux. Su destino quedó ligado a la India, donde en 1950 fundó las Misioneras de la Caridad.
Allí creó espacios como el Hogar para Moribundos Kalighat, pensado para brindar dignidad a quienes no tenían dónde pasar sus últimos días. También impulsó programas para atender a personas con lepra, huérfanos y comunidades enteras que vivían en la calle.
Su tarea recibió reconocimientos en distintos rincones del mundo: en 1962 obtuvo el Premio Padmashree del gobierno indio; en 1979 el Premio Nobel de la Paz, y en 1980 el Bharat Ratna, la máxima distinción civil de la India.
Tras su muerte, en 1997, el Vaticano inició un proceso que incluyó la beatificación en 2003 y la canonización en 2016, proclamada por el papa Francisco ante miles de fieles en Roma. Desde entonces, la Iglesia Católica la reconoce como Santa Teresa de Calcuta.
Más allá de su figura religiosa, su frase más repetida sigue sonando con fuerza: “Cuanto menos poseemos, más podemos dar”. Un recordatorio de que la solidaridad, muchas veces, empieza con lo más simple.
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