14 de agosto 2014 - 21:18
Procesaron a taxista que arrolló y mató a joven en Aeroparque
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La joven fue atropellada cuando cruzaba la avenida Costanera.
Por su parte, Boris Besoky, abogado de la familia, señaló que el chapista continúa siendo "testigo" en la investigación porque para la magistrada fue el primero que dio aviso a la Policía cuando Sachetti le confesó el hecho y le llevó el auto a arreglar.
A esto se sumó que, en la indagatoria, el taxista terminó admitiendo su responsabilidad y dijo que se había escapado del lugar porque se asustó.
"Estamos de acuerdo en que siga detenido por la conducta que tuvo de no someterse al proceso después de atropellar a Michelle. Se escapó, no la ayudó y no permitió el trabajo de la Policía Científica sobre su auto en el momento", agregó Besoky.
La joven murió a las 23.55 del 16 de julio, luego de ser atropellada y arrastrada unos 30 metros por un taxi, cuando cruzaba la avenida Costanera hacia el aeroparque Jorge Newbery para tomar un avión a las 7 del día siguiente hacia Zapala para pasar las vacaciones.
La joven era estudiante de Odontología en Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y, para no salir de madrugada, había decidido pasar la noche en la estación aérea a la espera del vuelo con un amigo.
Debido a que el taxista escapó y se inició la búsqueda de testigos a través de los medios, el dueño de un taller mecánico de la localidad bonaerense de Villa Madero, llamado Sergio, dio aviso a la Policía días después de que el taxista le llevara el auto a arreglar.
"Te voy a contar la verdad, atropellé y maté a una mujer en Aeroparque", reveló el chapista que le dijo el taxista, según consta en la resolución dictada por la jueza.
El chapista contó además que Sachetti, a quien él conocía sólo como "Tito", le confesó que cuando impactó a Michelle "venía cortando clavos".
Dijo que cuando recibió el vehículo "no tenía rastros de sangre", aunque "tenía el parabrisas partido, el capó abollado con una forma de un cuerpo" y el paragolpes y el frente también dañados. Primero, él le pidió al taxista que se presentara ante la Justicia, pero como no lo hizo, él lo terminó denunciando.
Antes de saber lo ocurrido, el chapista reconoció que el capó original, que podría ser una prueba fundamental para la investigación, lo tiró a la basura, pero no fue imputado de encubrimiento.
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