La Navidad es una época que no puede compararse con ninguna otra del año. Puede ser tanto un momento de estrés como de relajación y alegría. Esta festividad se caracteriza por las juntadas familiares, las compras y los numerosos preparativos. Cada una de estas facetas pueden afectar de forma positiva y negativa al cerebro. Conocé los detalles de cada una.
¿Cómo afecta la Navidad al cerebro humano?
Nuestra salud puede verse alterada por las experiencias positivas o negativas de fin de año. Conocé todos sus efectos.
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Cuáles son los efectos de la Navidad en el cerebro
Espíritu festivo
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, demostró que durante esta época se incrementa la dopamina y la serotonina en el cerebro, químicos que afectan a nuestros niveles de la felicidad.
La dopamina está relacionada con el comportamiento impulsado por la recompensa y la búsqueda del placer, y se cree que la serotonina aumenta nuestros sentimientos de pertenencia.
Estrés
No todo el mundo considera que la Navidad es un evento alegre y festivo. De hecho, muchas personas la encuentran muy estresante. Esto se genera por el agobio de tener que cocinar para muchas personas, buscar y comprar regalos en momentos donde los establecimientos están llenos de gente o preparar la casa para recibir a los invitados.
El estrés puede ejercer una respuesta física en el cuerpo, con la liberación automática de adrenalina y cortisol. Siempre teniendo en cuenta que el cortisol tiene un efecto profundo en el hipocampo, lo que puede disminuir la memoria y capacidad para realizar múltiples tareas.
Cambios anímicos
Otro de los procesos más característicos de la Navidad en el cerebro es la experimentación de cambios anímicos. Hay personas que sienten una gran alegría cuando se reúnen con sus familiares o entregan regalos navideños, pero a los pocos días pueden sentirse tristes. Este hecho es consecuencia de lo que se llama trastorno afectivo estacional: las personas que lo sufren durante Navidad notan determinados síntomas similares a los de la depresión.
Regalos
Dar y recibir regalos es una tradición navideña. En este caso, la generosidad se relaciona con los circuitos de recompensa de nuestro cerebro, lo que provoca la liberación de dopamina y endorfinas. Este efecto puede reducir el estrés.
Vínculos sociales
La experiencia navideña implica sentarse alrededor de una mesa con tus seres queridos. Estas reuniones benefician de forma destacable al cerebro.
Las relaciones sociales incrementan las reservas cognitivas, permitiendo prevenir enfermedades como el Alzheimer. Igualmente, el estrés y la depresión es más común en personas que no realizan planes de forma cotidiana con otros individuos.
Sobrealimentación
Comer en exceso estimula un área inactiva entre el hipotálamo y el sistema inmunológico, por ello, es común encontrarse mal tras haber ingerido una cantidad elevada de comida. Además, consumir abundantes cantidades de azúcar es perjudicial para el cerebro, haciendo que la función cognitiva se vuelva más lenta, que provoca un déficit en la memoria y la atención.
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