22 de febrero 2019 - 00:01

Lo que se dice en las mesas

Que el dólar, aún, es para no exagerar. Que cuándo llega el día D. En enero la fuga de divisas llegó a casi u$s2.000 millones. Remate, feria e inversiones siguen a full por los pagos de José Ignacio.

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“Tasa, dólar, tasa, dólar”, sin duda el estribillo del verano que, como en todo año electoral, dominará la escena financiera. Para muchos saltó la térmica cambiaria cuando el billete superó los $41. Sin embargo, ese valor es aproximadamente un 19% menor -en términos reales- al del pico de la corrida cambiaria (según estimaciones del Estudio Broda). La evolución del tipo de cambio real muestra claramente que se ubica en torno al promedio histórico 1997-2019 pero por debajo tomando el promedio desde 1980 o 1960 en un 14%. O sea, no da, aún, para alarmarse. Lo cierto es que la apatía de las mesas, denota desgano e incertidumbre, y tras el desliz de MSCI (que generó escozor) todos releen las minutas de la Fed para tener pistas de qué interpretará el mercado. Pero lo que todo el mundo espera es el día “D”, cuando comiencen los inversores a dolarizarse con firmeza, a la espera del resultado electoral. Mientras tanto comienza la usina de rumores, para todos los gustos e intereses. En las mesas los operadores deshojan el intríngulis de cuántos dólares, finalmente, le dejará vender al Tesoro el FMI. Porque cuando arrecien las compras de dólares y el BCRA siga atado de manos, solo vendiendo de hasta u$s150 millones diarios, ni las sobreestimadas divisas de la cosecha podrán saciar el apetito dolarizador. El Gobierno lo sabe y no puede permitirse otra corrida, con su consiguiente impacto inflacionario. El ajuste externo empezó. Las importaciones se derrumban por el tipo de cambio y la recesión (efecto ingreso/riqueza). Al igual las inversiones productivas. La única mejora vendrá por la mejor cosecha (si el clima lo permite) y las mayores exportaciones de energía. De ahí que en el mercado muchos ven a las Leliq como un potencial detonante de una corrida, porque 3/4 partes no son encajes, es decir, son una apuesta al carry. ¿Les pondrán algún corralito bajo la figura de un depósito indisponible como en los 80? Además, está el stock acumulado de plazos fijos desde fines del año pasado, que sigue engrosándose pese a la baja de rendimientos (muchos ven la opción UVA como viable por tres meses, mínimo para colocar). En fin, no hay margen para el error y sí para el daño. Mientras se habla del rudimentario “Plan Picapiedras” para llegar a octubre los datos de enero del BCRA mostraron que el sector privado sigue atesorando dólares: ¡la fuga sumó u$s1.958 millones! (-37% interanual pero +127% mensual). ¡Otra que demanda estacional de turismo! En un banco extranjero cercano al PRO ya se agendaban, en un año se pinta de pocos eventos, el Summit 2019 de AmCham para mediados de mayo que ahondará en los desafíos 2023 - tendrá seguro menuda agenda-.

A pesar de la crisis criolla Punta del Este mantuvo la hidalguía veraniega de la mano de habitués y tradicionales. Y quizás José Ignacio-La Juanita fue el termómetro de la temporada: a los clásicos le fue bien como siempre y al resto no tanto. Así comentaban perezosos hombres del mercado por volver al ruedo en una mesa de Excusa que por ejemplo en El mostrador (de Santa Teresita) capitaneado por Fede Trocca, que se recupera de una quebradura de pie por “selfiear” (lo que no lo detiene ya que está negociando un proyecto en Miami y encara ya otro en el Bajo Belgrano), estuvo 20% por encima de la temporada anterior, y ni que hablar del tradicional parador La huella mantuvo el ritmo de 1.500 cubiertos por día, aunque con picos de 1.800. También, tanto el tradicional Remate de la junta vecinal como la Feria gastronómica superaron las expectativas de los más agoreros. Incluso en el remate, conducido al estilo Tinelli por el célebre “Manolo”, hubo ofertas que sorprendieron porque comerciantes, hoteleros, gastronómicos reconocieron que este año no les sobró nada. Como cierre del año la Feria tampoco desentonó, a la espera de Carnaval y Semana Santa, y allí desde Pancho Dotto hasta Miguel Camps, que no para de emprender (ahora prueba con “glampinc” en su campo) mientras sigue con sus emprendimientos en CABA y otros conocidos inversores argentinos y habitúes del Este se dieron cita en el encuentro gastronómico. Gente aún molesta por el acceso que rompió la magia del lugar hacían apuestas sobre el precio del m2 en el futuro barrio que construirán inversores argentinos varios de ellos reconocidos jugadores de fútbol, que pasaron por la Selección. Allí un experto financista se lamentaba de su inversión en la Juventus que tras perder con el Atlético Madrid sus acciones cayeron más de 11% en Milán (llegaron a caer 16%). El mundo futbolístico tenía al conjunto de Turín como uno de los favoritos a levantar la Champions League esta temporada tras el fichaje de Cristiano Ronaldo por 105 millones de euros. El próximo 12 de marzo es la revancha, ¡hagan sus apuestas!

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