20 de noviembre 2023 - 00:00

Milei deberá mostrarle las cartas al mercado

Por lo pronto Milei y su tropa deberán entender, a la hora de diseñar el plan económico, que la mayoría del 55% que lo votó fue en contra de la otra opción, porque el mercado tiene dudas sobre la gobernabilidad.

Javier Milei

Javier Milei

Foto: Ramiro Gómez - Agencia Télam.

En poco más de 20 días comenzará la “era libertaria”. Pero hoy ya empieza la transición, lo que no es “moco de pavo” dada la delicada situación económica y social. El presidente electo, Javier Milei, deberá ahora mostrar las cartas. Además del “qué”, el mercado querrá saber el “cómo”, con “quiénes” y el “cuándo”. Claro que en el desembarco en las cabezas de playa claves de la administración pública, sin duda, la usina del PRO tendrá un rol protagónico. Por su parte, el ministro Sergio Massa, si continúa en el cargo, deberá colaborar codo a codo en el camino hacia el 10 de diciembre. En la previa de las PASO incluso los analistas consideraban que el second best de Massa era llegar a entregar el 10 de diciembre sin estallido. Después de su discurso de anoche sembró algunas dudas. Pero no hay lugar para chicanas ni egoísmos. El consenso del mercado creía de antemano que tanto Massa como Milei darían un giro al centro en caso de ganar. Por lo pronto Milei y su tropa deberán entender, a la hora de diseñar el plan económico, que la mayoría del 55% que lo votó fue en contra de la otra opción. Porque el “mercado” tiene dudas sobre la gobernabilidad a la hora de la ortodoxia económica y cómo reaccionará la sociedad ante más inflación y la pérdida de puestos de trabajo. Nadie descarta, por el momento, una suba de la brecha si le libertario insiste con la dolarización.

En el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI), a diferencia de Massa, Milei puede llegar a contar con cierto beneficio de la duda por parte del organismo. Pero esto no significaría que su triunfo le garantiza fondos frescos. Es muy probable que el FMI primero, antes de empezar a negociar, quiera alguna prueba de amor, como por ejemplo algunas medidas de austeridad fiscal y algo en materia cambiaria. En Wall Street, en las últimas jornadas en diversos encuentros entre gestores e inversores argentinos con sus pares internacionales circuló el rumor en el seno del Fondo, van a pedir una reestructuración antes de renegociar el acuerdo vigente, incumplido. Sobre todo luego de las últimas manifestaciones del subsecretario del Tesoro EE.UU. de que si los países no hacen los deberes hay que “desenchufarlos” en clara referencia a los programas incumplidos, porque si no el Fondo no podría exigirle austeridad al resto de los países con programas vigentes, que ahora son muchos más que cuando se gestó el salvataje a Mauricio Macri.

“El mercado” ya se cubrió todo lo que pudo. La gente se dolarizó hasta donde pudo y le permitieron. La toma de decisiones fue bajo una altísima incertidumbre y desazón. Los inversores esperan el, clave, discurso del ganador y también el del perdedor. Saben que ninguno saldrá solo de esta situación. En el exterior el sentimiento es de apatía. Ninguna de las opciones del balotaje estaban a priori en el menú del “mercado” que antes de las PASO esperaba un triunfo de Juntos por el Cambio que prometía reformas pro-mercado y tenía estructura política para llevarlas a cabo. La realidad pos-PASO obligó a reacomodarse frente al líder libertario prometiendo reformas pero sin estructura y un ministro con gobernabilidad asegurada pero que no garantizaba las reformas. Tras la primera vuelta ambos se aggiornaron, Milei con el apoyo del PRO y Massa mostrándose más aperturista.

Ninguno mostró un plan económico en serio y por eso persisten las dudas y clave lo que digan tras el balotaje. De ahí que en Wall Street, Londres y Hong Kong son por demás cautelosos y desconfiados. No hay recomendaciones de “entrar” a ciegas. Solo podrán esperarse, hasta que aclare el panorama, apuestas de cortísimo plazo, o sea, comprar y salir rápido apenas haya un rebote. Los pronósticos sobre la economía argentina que llegan principalmente desde Wall Street y Londres apuntan a un 2024 recesivo y de alta inflación. En tal sentido, es casi lapidario el último informe del IIF sobre las perspectivas argentinas, esperando una prolongada recesión (para el 2024 estiman una caída del PIB del 1,3% por la implementación de un plan de estabilización y de ajuste). Con sus más y sus menos las proyecciones externas no son halagüeñas pero no de una crisis final, y solo consideran un escenario de salto al vacío el caso de una dolarización.

Millones de preguntas también sobre el dólar oficial del día después y gran consenso sobre un valor cercano entre los $600 y $650 tanto a nivel local como externo. Al respecto, los principales bancos brasileños proyectaban una devaluación tras el balotaje con un piso en los $500, y hasta los $670. Ahora bien, los analistas especulan con que el Banco Central (BCRA) y el MECON pueden llevarlo directamente a más de $600, o bien depreciarlo un poco, un 10% y que los exportadores liquiden tras un desdoblamiento cambiario un 50% en el oficial y el resto en el financiero que daría un dólar comercial de $650. Un primer tema es que no hay espacio para más devaluaciones sin plan detrás, y en segundo lugar, no por eso menos importante, no puede soslayarse el impresionante stock de bonos ajustables al dólar oficial y los Duales que ajustan por CER o por dólar oficial. Según 1816, el stock en circulación orilla los u$s45.000 millones nominales. Si se excluyen las tenencias oficiales el stock se ubica en poco más de 20.000 millones de dólares. De modo que este sería el mayor condicionante de la política cambiaria del próximo gobierno. Basta solo con proyectar el impacto monetario de una devaluación en 2024.

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