Esta semana comenzó con una escalada de tensión en Europa. El presidente Vladimir Putin ordenó al ejército ruso "expulsar" a las tropas ucranianas que en cuestión de días se apoderaron de 28 localidades de la región fronteriza de Kursk, a 525 kilómetros de Moscú.
Aumenta la tensión en Europa: Vladimir Putin prometió expulsar a las tropas ucranianas que invadieron Kursk
El líder del Kremlin lanzó una dura advertencia. Lejos de mermar el conflicto, Rusia dará una respuesta contundente a la invasión ucraniana en el Óblast de Kursk.
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El jefe del ejército ucraniano, Oleksandr Syrsky, aseguró que sus tropas siguen "llevando a cabo operaciones ofensivas" en la zona y que asumieron el control de "unos mil kilómetros cuadrados del territorio de la Federación de Rusia". Ucrania sorprendió el martes pasado con una operación a gran escala en esa región fronteriza, dos años y medio después del inicio del conflicto armado.
La incursión ucraniana en el territorio ruso que tuvo lugar en esta última semana, es considerado el ataque más importante de un ejército extranjero en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial.
Frente a este escenario, Putin cerró la puerta a las negociaciones de paz con Kiev: "¿De qué negociaciones se puede hablar con gente que bombardea sin distinción a civiles, infraestructuras civiles o busca amenazar instalaciones nucleares?", se preguntó el mandatario ruso en una reunión especial sobre la situación en las zonas fronterizas transmitida por la televisión estatal.
"Ya no hay nada de qué hablar", consideró el líder de Kremlin quien sostiene que "el enemigo cumple la voluntad de sus dueños occidentales con su ayuda". "Occidente lucha contra nosotros por medio de los ucranianos y busca mejorar sus futuras posiciones de negociación", apuntó.
Zelenski señaló que la invasión es una "cuestión de seguridad"
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se pronunció ante el hecho y afirmó que la ofensiva de Kursk era "una cuestión de seguridad" para Ucrania, debido a los bombardeos rusos en su territorio. De igual manera, volvió a pedir a los países occidentales la autorización para usar misiles de largo alcance en territorio ruso. "Se debe forzar a Rusia a la paz", subrayó.
"Rusia trajo la guerra a otros, ahora va a su casa. Ucrania siempre ha querido la paz únicamente y ciertamente garantizaremos la paz", concluyó.
El ejército ucraniano invadió la región de Kursk
Miles de soldados ucranianos participan en la operación, según las declaraciones de un alto funcionario de seguridad ucraniano, con el objetivo de "estirar las posiciones del enemigo, infligir el máximo de pérdidas y desestabilizar la situación en Rusia".
La situación en las regiones fronterizas, y particularmente en Kursk, es extremadamente difícil, según confirmó en la reunión con Putin el gobernador en funciones de esta región, Alexei Smirnov, quien reconoció que las fuerzas ucranianas avanzaron a una profundidad de 12 kilómetros y el ancho del frente es de 40 kilómetros.
"Hay 28 localidades bajo control del enemigo en las que residen unas dos mil personas que no se sabe qué suerte han corrido", dijo Smirnov. Según la información revelada por el dirigente ruso, los ataques dejaron 12 muertos, 121 heridos y anunció la evacuación de 100.000 ciudadanos.
En la reunión con los jefes de Defensa y Seguridad y los gobernadores de las regiones fronterizas de Bélgorod, Briansk y Kursk, Putin vinculó la incursión ucraniana a un intento de frenar el avance ruso en el este y sur de Ucrania. "Este tipo de acciones, sin lugar a dudas, persiguen un objetivo militar principal, detener el avance de nuestras tropas dirigido a la total liberación de las repúblicas populares de Lugansk y Donetsk y los territorios de Novorossia (Nueva Rusia)", dijo Putin.
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