El gobierno de China definió que en 2026 destinará 62.500 millones de yuanes - equivalentes a u$s8.940 millones - provenientes de bonos especiales del Tesoro a muy largo plazo, como primer tramo de su programa de renovación de bienes de consumo, según informó la agencia estatal Xinhua. El objetivo central fue estimular la demanda interna mediante subsidios directos para la sustitución de productos durables en un contexto de presiones económicas internas y externas.
China confirmó un incentivo millonario para aumentar la demanda interna de consumo en 2026
El objetivo del plan es brindarle apoyo a los consumidores del país. El programa está destinado a la renovación de bienes de consumo, como electrodomésticos y autos.
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China incentiva el consumo con un plan subsidiario.
El esquema comenzó a aplicarse en 2024, cuando Pekín impulsó incentivos para que los hogares reemplazaran electrodomésticos, bicicletas y automóviles antiguos, como parte de una estrategia para apuntalar el consumo y amortiguar la desaceleración económica.
Incorporación de tecnología y productos inteligentes al plan de China
De acuerdo con un comunicado conjunto del planificador estatal y el Ministerio de Finanzas de China, el programa amplió su alcance en 2026 e incluyó productos digitales e inteligentes.
Entre ellos se incorporaron teléfonos inteligentes, tabletas, relojes inteligentes y pulseras inteligentes, que accedieron a un descuento del 15%, con un tope de 500 yuanes por unidad.
La información difundida no precisó el monto total que alcanzará el fondo del plan en 2026. Durante 2025, el país había reservado 300.000 millones de yuanes en bonos especiales del Tesoro, emitidos en distintos tramos a lo largo del año.
Subsidios para el consumo de electrodomésticos y autos
Dentro del programa, los consumidores que adquirieron alguna de las seis categorías principales de electrodomésticos, entre ellas heladeras, lavadoras y televisores, accedieron a una subvención del 15%, con un límite de 1.500 yuanes por producto.
En el caso del sector automotor, quienes desguazaron vehículos antiguos recibieron incentivos equivalentes al 12% del precio de compra de vehículos de nueva energía, con un tope de 20.000 yuanes. A su vez, aquellos que reemplazaron autos viejos por vehículos nuevos de nueva energía obtuvieron un 8%, hasta 15.000 yuanes.
El contexto económico de China
La economía china mostró señales de enfriamiento en noviembre, cuando registró el menor crecimiento de la producción industrial en 15 meses y las ventas minoristas más débiles desde el final de las restricciones de COVID cero. Este escenario reforzó la urgencia de encontrar nuevos motores de crecimiento de cara a 2026.
En ese marco, los dirigentes chinos se comprometieron a aumentar de forma “significativa” la participación del consumo de los hogares en la economía durante los próximos cinco años. Actualmente, ese componente representó cerca del 40% del PIB, muy por debajo del casi 70% que exhibió Estados Unidos.
Asesores del gobierno sostuvieron que Pekín debía profundizar las políticas de estímulo al consumo de servicios y plantearon como meta elevar la tasa de consumo hasta alrededor del 45% en el próximo lustro.
En paralelo, China amplió su programa de modernización de equipos más allá de sectores tradicionales como industria, energía, electricidad, transporte, logística y sanidad.
El nuevo alcance incluyó ascensores de edificios antiguos, centros de atención para adultos mayores y sistemas de extinción de incendios y rescate, según detallaron el planificador estatal y el Ministerio de Finanzas, en una señal de que el impulso al consumo también buscó acompañar mejoras estructurales en infraestructura y servicios.





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