14 de enero 2007 - 00:00

Enfática defensa del Papa a los inmigrantes

Benedicto XVI
Benedicto XVI
El Papa Benedicto XVI instó hoy a apoyar a los inmigrantes y a sus familias con adecuados servicios y leyes, y a favorecer las "reagrupaciones familiares" con especial atención hacia "las mujeres y los menores" de edad.

El pontífice lanzó este llamado durante el Angelus, en ocasión de la 93° Jornada mundial del Migrante y del Refugiado, en el que reafirmó los contenidos de su mensaje, hecho público en las últimas semanas y dedicado a la "familia migrante".

"Es importante tutelar a los migrantes y a sus familias mediante el auxilio de presidios legislativos, jurídicos y administrativos específicos, y también a través de una red de servicios, de puntos de escucha y de estructuras de asistencia social y pastoral", dijo el Papa.

"Espero que se llegue lo antes posible a una gestión equilibrada de los flujos migratorios y de la movilidad humana en general, de manera que aporte beneficios a toda la familia, empezando con medidas concretas que favorezcan la emigración regular y las reagrupaciones familiares, con particular atención hacia las mujeres y los menores", añadió.

Ante los miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, Benedicto XVI afirmó además que en "el drama de la familia de Nazareth", obligada a la fuga a Egipto, "se vislumbra la dolorosa condición de tantos emigrantes, especialmente de los refugiados, los exilados, los evacuados, los prófugos, los perseguidos".

"Reconocemos en particular las dificultades de la familia migrante como tal: las molestias, las humillaciones, las estrecheces, las fragilidades", señaló.

El Papa subrayó además cómo el "fenómeno de la movilidad humana" es "muy amplio y diversificado".

"Según recientes estimaciones de las Naciones Unidas, los emigrantes por razones económicas son actualmente casi 200 millones, unos nueve millones los refugiados, y aproximadamente dos millones los estudiantes internacionales", precisó.

"A este gran número de hermanos y hermanas, debemos añadir los desplazados internos y los irregulares, teniendo en cuenta que a cada uno de ellos se suma, de un modo u otro, una familia", añadió el Papa.

Según Benedicto XVI, "incluso en el vasto campo de las migraciones internacionales, la persona humana debe ponerse siempre al centro: solo el respeto de la dignidad humana de todos los migrantes, por un lado, y el reconocimiento por parte de los migrantes mismos de los valores de la sociedad que les hospeda, por otro, hacen posible la justa integración de las familias en los sistemas sociales, económicos y políticos de los países de acogida".

Además, "la realidad de las migraciones nunca debe verse solo como un problema, sino también y sobre todo como un gran recurso para el camino de la humanidad", dijo.

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