"Escándalos no decidirán votos"
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P.: De todas formas, lo que está marcando esta campaña no es Woodward, sino los escándalos de los republicanos. ¿Hasta qué punto los escándalos electorales de los congresistas republicanos Foley -que ha dimitido por un presunto caso de pederastiay Ney -que se declaró culpable de aceptar soborno van a afectar las posibilidades electorales de los republicanos?
K.R.: La gente va a distinguir entre quién es el representante por el que ellos votan en su distrito y Foley. Y van a decidir su voto en función del candidato de su circunscripción, no de Foley. Además, tenemos un buen liderazgo en la Cámara.
P.: ¿No le preocupan, entonces, los escándalos?
K.R.: No. Mire, esto no es bueno para el país. Pero les pasa a los dos partidos. Hay un congresista (William Jefferson) de Luisiana al que le han encontrado literalmente 90.000 dólares en la heladera de su casa. Republicanos y demócratas sufrimos escándalos.
P.: Dejemos de lado los escándalos. En su opinión, ¿cuáles son los principales temas que van a tener en cuenta los votantes a la hora de decidir a quién apoyan el 7 de noviembre?
K.R.: La guerra y la economía.
P.: La guerra ¿es un activo o un problema para los republicanos?
K.R.: La guerra es, simplemente, una realidad. Es algo que tenemos que confrontar. Y estamos persuadiendo al pueblo estadounidense de las consecuencias de ser derrotados en la guerra. Los norteamericanos deben comprender el tipo de enemigo al que se enfrentan. Fijar un calendario para la retirada de Irak equivaldría a salir corriendo del país. Y eso es peligroso con los enemigos que tenemos. Leer los discursos de Bin Laden es como leer «Mein Kampf», de Adolf Hitler. Esa gente quiere utilizar el petróleo como arma. Esa gente quiere crear un imperio musulmán desde España hasta Indonesia.
P.: Muchos evangélicos (cristianos protestantes muy conservadores) están pensando en quedarse en casa en estas elecciones y no votar a los republicanos, como hicieron en 2004, por el escándalo de Foley y por la corrupción en Washington.
K.R.: Tengo confianza de que al final voten. Porque la gente, aunque se disgusta por estas cosas, al final piensa en el voto útil, se da cuenta de lo que está en juego. Y está en juego un Congreso controlado por los republicanos, un partido con una fuerte cultura pro vida y a favor de los valores de la gente.
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